El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Lecciones para la derecha
La derecha también tiene que extraer lecciones. La soberbia y el desprecio con que ha actuado el Gobierno de Mariano Rajoy empieza a hacer mella seria entre los electores, esta vez han sido los andaluces y los asturianos, que han retirado en gran medida el apoyo que prestaron al PP en las recientes generales. Solo en Andalucía, más de 420.000 personas no repitieron su voto del 20-N. Los ataques al estado del bienestar, a los derechos sociales, perversamente resumidos en la reforma laboral, pasan la primera factura a Mariano Rajoy de la manera más evidente que tienen los ciudadanos de hacerlo, voto en mano. El desgaste continuará sin duda, y probablemente se dispare en cuanto se conozcan los Presupuestos Generales del Estado y las consecuencias que van a tener en la vida de cada español. Pero el Gobierno no parece dispuesto a levantar el pie del acelerador en la creencia de que adoptando todas las decisiones impopulares en el primer tramo de la legislatura, los españoles sabrán olvidar, perdonar o incluso entender. Mucho tendrán que mejorar las cosas para que eso ocurra, mientras tanto, empiezan a apreciarse indicios muy serios de que la lucha contra el paro o la salida de la crisis no pueden justificarlo todo. Y que las soluciones de Rajoy no son precisamente milagrosas.
La derecha también tiene que extraer lecciones. La soberbia y el desprecio con que ha actuado el Gobierno de Mariano Rajoy empieza a hacer mella seria entre los electores, esta vez han sido los andaluces y los asturianos, que han retirado en gran medida el apoyo que prestaron al PP en las recientes generales. Solo en Andalucía, más de 420.000 personas no repitieron su voto del 20-N. Los ataques al estado del bienestar, a los derechos sociales, perversamente resumidos en la reforma laboral, pasan la primera factura a Mariano Rajoy de la manera más evidente que tienen los ciudadanos de hacerlo, voto en mano. El desgaste continuará sin duda, y probablemente se dispare en cuanto se conozcan los Presupuestos Generales del Estado y las consecuencias que van a tener en la vida de cada español. Pero el Gobierno no parece dispuesto a levantar el pie del acelerador en la creencia de que adoptando todas las decisiones impopulares en el primer tramo de la legislatura, los españoles sabrán olvidar, perdonar o incluso entender. Mucho tendrán que mejorar las cosas para que eso ocurra, mientras tanto, empiezan a apreciarse indicios muy serios de que la lucha contra el paro o la salida de la crisis no pueden justificarlo todo. Y que las soluciones de Rajoy no son precisamente milagrosas.