Lío en el Club de Golf

Ya la tenemos montada también en el concurso para la concesión del Club de Golf de Bandama, en Santa Brígida, una de las joyas de la corona del Cabildo de Gran Canaria. Que sepamos, dos ofertas han concurrido, la del actual concesionario, el Real Club de Golf, y una firma peninsular.Pero el lío está servido a cuenta de la Casa Club, y les explicamos. En el año 1955, Matías Vega Guerra era presidente del Cabildo y autorizó la segregación de un solar para que la entidad social pudiera acudir al crédito privado y construir la Casa Club. En el año 1966, de forma contradictoria con lo anterior, el Club de Golf accede al Registro de la Propiedad por compra del solar donde se ubica la Casa Club a un tercero, que lo había obtenido por compra al Cabildo previa segregación. Por una parte, la Casa Club está inscrita a favor del actual concesionario, por otra pudiera parecer que es un accesorio de la concesión y que, pese a la inscripción, revertiría al finalizar la concesión.

Ya la tenemos montada también en el concurso para la concesión del Club de Golf de Bandama, en Santa Brígida, una de las joyas de la corona del Cabildo de Gran Canaria. Que sepamos, dos ofertas han concurrido, la del actual concesionario, el Real Club de Golf, y una firma peninsular.Pero el lío está servido a cuenta de la Casa Club, y les explicamos. En el año 1955, Matías Vega Guerra era presidente del Cabildo y autorizó la segregación de un solar para que la entidad social pudiera acudir al crédito privado y construir la Casa Club. En el año 1966, de forma contradictoria con lo anterior, el Club de Golf accede al Registro de la Propiedad por compra del solar donde se ubica la Casa Club a un tercero, que lo había obtenido por compra al Cabildo previa segregación. Por una parte, la Casa Club está inscrita a favor del actual concesionario, por otra pudiera parecer que es un accesorio de la concesión y que, pese a la inscripción, revertiría al finalizar la concesión.