¿Llamó usted al ministro del Interior?

Salvo que hable la Policía Nacional o la Subdelegación del Gobierno o alguien se haga con las imágenes de las grabaciones del tranvía o del Cuadrilátero, con cámaras enfocando al lugar de los hechos, mucho nos tememos que nos vamos a quedar con las ganas de conocer con precisión qué fue lo que pasó aquella tarde-noche en La Laguna. Está descartado que el senador Alarcó condujera por dirección prohibida, como se ha sostenido. Sólo hizo un giro prohibido, está confirmado. Está confirmado también que lo interceptó una patrulla de la Policía Nacional, que avisó a la Local para que lo empapelaran. Y consta el empapelamiento de 200 euros de multa. Queda en el limbo el tira y afloja entre conductor y agentes sobre quién es usted y su carné de senador me la bufa, y queda por tanto pendiente de confirmación que existan diligencias policiales por desobediencia contra el político. Pero la historia tiene más aristas, como la parte en la que se asegura que, una vez resuelta la enojosa situación, el afectado telefoneó al ministro del Interior para poner los hechos en su conocimiento y recabar su opinión, o en su caso, su benevolencia. Esta versión sostiene que la respuesta del ministro no pudo ser más lacónica, a la par que frustrante: “Si lo que me cuentas es así y eso se publica, tienes que dimitir”. Alarcó, por supuesto, niega por completo toda la parte de la historia a partir de la multa, y por lo tanto, se carcajea cuando se le pregunta por esta llamada al ministro. Ahí quedan los hechos y los contrastes. Que cada cual saque sus conclusiones.

Salvo que hable la Policía Nacional o la Subdelegación del Gobierno o alguien se haga con las imágenes de las grabaciones del tranvía o del Cuadrilátero, con cámaras enfocando al lugar de los hechos, mucho nos tememos que nos vamos a quedar con las ganas de conocer con precisión qué fue lo que pasó aquella tarde-noche en La Laguna. Está descartado que el senador Alarcó condujera por dirección prohibida, como se ha sostenido. Sólo hizo un giro prohibido, está confirmado. Está confirmado también que lo interceptó una patrulla de la Policía Nacional, que avisó a la Local para que lo empapelaran. Y consta el empapelamiento de 200 euros de multa. Queda en el limbo el tira y afloja entre conductor y agentes sobre quién es usted y su carné de senador me la bufa, y queda por tanto pendiente de confirmación que existan diligencias policiales por desobediencia contra el político. Pero la historia tiene más aristas, como la parte en la que se asegura que, una vez resuelta la enojosa situación, el afectado telefoneó al ministro del Interior para poner los hechos en su conocimiento y recabar su opinión, o en su caso, su benevolencia. Esta versión sostiene que la respuesta del ministro no pudo ser más lacónica, a la par que frustrante: “Si lo que me cuentas es así y eso se publica, tienes que dimitir”. Alarcó, por supuesto, niega por completo toda la parte de la historia a partir de la multa, y por lo tanto, se carcajea cuando se le pregunta por esta llamada al ministro. Ahí quedan los hechos y los contrastes. Que cada cual saque sus conclusiones.