Un lolailo que nos señala a nosotros

Nadie obligó a Cardona a tener en su blog una encuesta por la que se ofrecía a los usuarios opinar sobre quién va a ganar las próximas elecciones municipales en Las Palmas de Gran Canaria, del mismo modo que nadie obligó a los visitantes de ese blog a votar en un sentido u en otro. Pero es de perogrullo admitir que si pones en tu web una encuesta habrás de estar al resultado que arroje, partiendo de la natural premisa de que aquel no tiene rigor científico alguno. Es decir, que la encuesta no sirve para nada salvo que lo que pretendas sea que los tuyos se lancen en tromba a cantar aquello de Juanjo es cojonudo, como Juanjo no hay ninguno. Pero algún maldito roedor de la competencia debió percatarse de la puñetera encuesta y para allá que se fue a señalar en pandilla al PSOE como ganador de las elecciones, cosa que descubrimos desde la noche anterior y que esperamos ver corregido en la mañana del lunes. No fue así, y la noticia, con toda su gracia, seguía viva cuando arrancamos la primera actualización. Fue publicarlo, oye, y se activaron todos los mecanismos de contramedidas, y la votación adquirió el sesgo justo y necesario. Lo chungo vino después, cuando llegaron las horas de las justificaciones y los juicios sumarísimos. Un hooligan muy lolailo nos atribuyó a nosotros en el perfil de Facebook del candidato ser los autores de la masiva votación en favor de Saavedra, como si no tuviéramos otra cosa mejor que hacer que estar dándole al piticlín toda la santa noche. Y Cardona, que no quería defraudar a la parroquia, empezó por darle la razón. Luego, sabedor de que las pasiones son como el suflé, recogió velas, cosa que elogiamos.

Nadie obligó a Cardona a tener en su blog una encuesta por la que se ofrecía a los usuarios opinar sobre quién va a ganar las próximas elecciones municipales en Las Palmas de Gran Canaria, del mismo modo que nadie obligó a los visitantes de ese blog a votar en un sentido u en otro. Pero es de perogrullo admitir que si pones en tu web una encuesta habrás de estar al resultado que arroje, partiendo de la natural premisa de que aquel no tiene rigor científico alguno. Es decir, que la encuesta no sirve para nada salvo que lo que pretendas sea que los tuyos se lancen en tromba a cantar aquello de Juanjo es cojonudo, como Juanjo no hay ninguno. Pero algún maldito roedor de la competencia debió percatarse de la puñetera encuesta y para allá que se fue a señalar en pandilla al PSOE como ganador de las elecciones, cosa que descubrimos desde la noche anterior y que esperamos ver corregido en la mañana del lunes. No fue así, y la noticia, con toda su gracia, seguía viva cuando arrancamos la primera actualización. Fue publicarlo, oye, y se activaron todos los mecanismos de contramedidas, y la votación adquirió el sesgo justo y necesario. Lo chungo vino después, cuando llegaron las horas de las justificaciones y los juicios sumarísimos. Un hooligan muy lolailo nos atribuyó a nosotros en el perfil de Facebook del candidato ser los autores de la masiva votación en favor de Saavedra, como si no tuviéramos otra cosa mejor que hacer que estar dándole al piticlín toda la santa noche. Y Cardona, que no quería defraudar a la parroquia, empezó por darle la razón. Luego, sabedor de que las pasiones son como el suflé, recogió velas, cosa que elogiamos.