El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Luego se subió al avión
Resultó lamentable ver al presidente del PP canario y vicepresidente del Gobierno regional tratando de aprovecharse de esta tragedia. Desde que se supo que Spanair iba a poner a disposición de las familias un avión para trasladarlas a Madrid a la insoportable tarea de identificar a los muertos o, en el mejor de los casos, visitar a los heridos ingresados, Soria y otros destacados miembros del Gobierno empezaron a hacer gestiones para colarse en ese vuelo. Además del vicepresidente, las gestiones se extendieron a la consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, y al de Medio Ambiente, Domingo Berriel. Pero los líderes del PP fueron más hábiles y consiguieron dejar fuera al majorero. Finalmente volaron en ese aparato Soria, Roldós y el jefe de prensa del PP, Juan Santana. Por más que nos estrujamos la cabeza a ver qué pintaban allí estos tres personajes, sólo se nos ocurre pensar en las ansias electoralistas que tienen todos los días del año, que no se les alivia ni siquiera ante el dolor ajeno.
Resultó lamentable ver al presidente del PP canario y vicepresidente del Gobierno regional tratando de aprovecharse de esta tragedia. Desde que se supo que Spanair iba a poner a disposición de las familias un avión para trasladarlas a Madrid a la insoportable tarea de identificar a los muertos o, en el mejor de los casos, visitar a los heridos ingresados, Soria y otros destacados miembros del Gobierno empezaron a hacer gestiones para colarse en ese vuelo. Además del vicepresidente, las gestiones se extendieron a la consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, y al de Medio Ambiente, Domingo Berriel. Pero los líderes del PP fueron más hábiles y consiguieron dejar fuera al majorero. Finalmente volaron en ese aparato Soria, Roldós y el jefe de prensa del PP, Juan Santana. Por más que nos estrujamos la cabeza a ver qué pintaban allí estos tres personajes, sólo se nos ocurre pensar en las ansias electoralistas que tienen todos los días del año, que no se les alivia ni siquiera ante el dolor ajeno.