El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Luis Soria acabará costándonos 115 millones
Las primeras estimaciones de lo que puede costarnos a los canarios la suspensión del primer concurso eólico señalan cantidades que rondan los 14 o 15 millones de euros. Es cierto que no fue una licitación publicada por Luis Soria, sino por su antecesor, Julio Bonis, pero es igual de cierto que el que debió gestionar en nombre del Gobierno que los efectos no fueran perniciosos, que las empresas concursantes no tuvieran que acudir a los tribunales reclamando la inversión realizada para concursar, que el desenlace de aquel concurso no fuera el que ha sido, es el hermanísimo. Luis Soria sólo estuvo en la Consejería de Industria desde julio de 2003 hasta mayo de 2005, menos de dos años, y en tan corto espacio de tiempo fue capaz de dejarnos un agujero que puede alcanzar los 115 millones de euros, sólo entre Tebeto y el concurso eólico. Un máquina que encima se queja de que los periodistas le sigamos criticando por haber sido uno de los peores políticos que ha tenido Canarias en su azarosa historia.
Las primeras estimaciones de lo que puede costarnos a los canarios la suspensión del primer concurso eólico señalan cantidades que rondan los 14 o 15 millones de euros. Es cierto que no fue una licitación publicada por Luis Soria, sino por su antecesor, Julio Bonis, pero es igual de cierto que el que debió gestionar en nombre del Gobierno que los efectos no fueran perniciosos, que las empresas concursantes no tuvieran que acudir a los tribunales reclamando la inversión realizada para concursar, que el desenlace de aquel concurso no fuera el que ha sido, es el hermanísimo. Luis Soria sólo estuvo en la Consejería de Industria desde julio de 2003 hasta mayo de 2005, menos de dos años, y en tan corto espacio de tiempo fue capaz de dejarnos un agujero que puede alcanzar los 115 millones de euros, sólo entre Tebeto y el concurso eólico. Un máquina que encima se queja de que los periodistas le sigamos criticando por haber sido uno de los peores políticos que ha tenido Canarias en su azarosa historia.