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Lujosas escobillas de retrete

Por parecerse la cosa mallorquina a la canaria, dicho sea ya en el plano más anecdótico, escatológico y surrealista, las similitudes descienden hasta la sufrida escobilla de retrete, ese instrumento cuyo fin iguala a todos sus poseedores, destinados a ir a parar al mismo sitio al menos una vez al día. La familia Matas pagó en metálico la nada despreciable cantidad de 375 euros por tal artilugio, lo que seguramente responderá a que tener en el excusado una escobilla de baquelita dice bien poco de los moradores. Paulino Rivero, y/o su corte de decoradores, gastaron en escobillas de retrete para la residencia oficial de Ciudad Jardín, en Las Palmas de Gran Canaria, 700 euros, dato que se conoció después de muchas idas y venidas porque, como viene siendo grotesca práctica gubernamental, las obras de remodelación de la residencia presidencial (285.000 euros) también se declararon secreto de Estado por “razones de seguridad”.

Por parecerse la cosa mallorquina a la canaria, dicho sea ya en el plano más anecdótico, escatológico y surrealista, las similitudes descienden hasta la sufrida escobilla de retrete, ese instrumento cuyo fin iguala a todos sus poseedores, destinados a ir a parar al mismo sitio al menos una vez al día. La familia Matas pagó en metálico la nada despreciable cantidad de 375 euros por tal artilugio, lo que seguramente responderá a que tener en el excusado una escobilla de baquelita dice bien poco de los moradores. Paulino Rivero, y/o su corte de decoradores, gastaron en escobillas de retrete para la residencia oficial de Ciudad Jardín, en Las Palmas de Gran Canaria, 700 euros, dato que se conoció después de muchas idas y venidas porque, como viene siendo grotesca práctica gubernamental, las obras de remodelación de la residencia presidencial (285.000 euros) también se declararon secreto de Estado por “razones de seguridad”.