El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Marruecos tiene el 25%
Las concesiones para investigar las posibilidades petrolíferas en Marruecos están otorgadas, como se informó este miércoles, a una empresa escocesa, Caim Energy, pero en un consorcio en el que aparece el Estado marroquí, que se ha reservado el derecho de los beneficios potenciales en un 25% a través de la oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos. Es decir, que nuestro vecino marroquí ha adoptado el modelo noruego, que tiene el 66% de las acciones de la petrolera Statoil. En definitiva, que los ciudadanos marroquíes, como es el caso de los noruegos, tienen participación en los beneficios que se obtengan de sus explotaciones petrolíferas. Veamos ahora el caso de las prospecciones tan ávidamente otorgadas por Soria a Repsol. La compañía que preside Antonio Brufau no tiene como accionista al Estado español. Más bien cabe definirla como una empresa multinacional en la que sólo hay presentes dos sociedades españoles, Sacyr y Caixabank, que en total suman el 21% del capital. Los otros accionistas de referencia, sumando un 16% del capital, son la mexicana Pemex (Gobierno de México) y Temasek (Gobierno de Singapur). El resto del capital de la compañía cotiza diariamente y cambia de manos en Bolsa (free-float), como se puede comprobar en su propia web. En definitiva, Marruecos asume el riesgo que pueda derivarse de las prospecciones que autoriza en sus costas, pero a cambio recibiría compensaciones en base a su participación pública del 25% en el consorcio titular del beneficio potencial. En el caso de las prospecciones en las costas de Canarias, autorizadas por el Gobierno español, las posibles compensaciones se la llevarían dos empresas nacionales (una de ellas catalana, dicho sea para recordatorio a la caverna ), y dos países, México (un destino turístico competidor de Canarias, a través de sus enclaves en el Caribe), y Singapur. No, no es lo mismo.
Las concesiones para investigar las posibilidades petrolíferas en Marruecos están otorgadas, como se informó este miércoles, a una empresa escocesa, Caim Energy, pero en un consorcio en el que aparece el Estado marroquí, que se ha reservado el derecho de los beneficios potenciales en un 25% a través de la oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos. Es decir, que nuestro vecino marroquí ha adoptado el modelo noruego, que tiene el 66% de las acciones de la petrolera Statoil. En definitiva, que los ciudadanos marroquíes, como es el caso de los noruegos, tienen participación en los beneficios que se obtengan de sus explotaciones petrolíferas. Veamos ahora el caso de las prospecciones tan ávidamente otorgadas por Soria a Repsol. La compañía que preside Antonio Brufau no tiene como accionista al Estado español. Más bien cabe definirla como una empresa multinacional en la que sólo hay presentes dos sociedades españoles, Sacyr y Caixabank, que en total suman el 21% del capital. Los otros accionistas de referencia, sumando un 16% del capital, son la mexicana Pemex (Gobierno de México) y Temasek (Gobierno de Singapur). El resto del capital de la compañía cotiza diariamente y cambia de manos en Bolsa (free-float), como se puede comprobar en su propia web. En definitiva, Marruecos asume el riesgo que pueda derivarse de las prospecciones que autoriza en sus costas, pero a cambio recibiría compensaciones en base a su participación pública del 25% en el consorcio titular del beneficio potencial. En el caso de las prospecciones en las costas de Canarias, autorizadas por el Gobierno español, las posibles compensaciones se la llevarían dos empresas nacionales (una de ellas catalana, dicho sea para recordatorio a la caverna ), y dos países, México (un destino turístico competidor de Canarias, a través de sus enclaves en el Caribe), y Singapur. No, no es lo mismo.