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51 millones de euros

Sorprende leer un documento firmado por Carlos Taboada en el que se reivindican para el logo de la televisión pública “los colores canarios, azul, amarillo y blanco”, así como la difusión de campañas “de involucración social” como las referidas al transporte público, el reciclaje o “la educación, nuestra mayor inversión”. Como para contárselo ahora a Ignacio Wert. Por aquellas calendas, el actual director de TVE en Canarias era partidario de potenciar el programa Parlamento, que calificaba de “divino como está”, al tiempo que reclamaba para la autonómica resaltar los valores de la tierra como “nuestro clima, nuestro mayor capital”. Su involucración con el acervo, sin embargo, se refleja de mejor manera en su recomendación para crear “una unidad de eventos” que se encargue de “obtener valor añadido” a las treinta o cuarenta “retransmisiones de romerías, fiestas locales y otras efemérides que cuentan, en muchos casos, con todos los ingredientes para ser un buen producto de televisión”. Quizás por tan profundos valores, TVE limita extraordinariamente esas producciones desde que Taboada es su director regional. Pero hay más cosas: en su informe de 2008, Taboada abogaba por que la Televisión Canaria que dirigía tradujera en “historias positivas los problemas y dificultades del público” para “evitar generar una imagen de nuestra comunidad al borde de la depresión y el colapso”. Basta con ver un Telecanarias actual para ponerse en tales situaciones límite. Y ahí va la guinda: frente a las soflamas de su líder espiritual y de los voceros al cargo en el PP, que despotrican sin tino contra los 30 millones que cuesta anualmente la televisión y la radio públicas de Canarias, Taboada proclamaba en 2008 que estaban muy bien los 51 millones de euros del coste de la parrilla sólo de la tele. Apunta, Manolo.

Sorprende leer un documento firmado por Carlos Taboada en el que se reivindican para el logo de la televisión pública “los colores canarios, azul, amarillo y blanco”, así como la difusión de campañas “de involucración social” como las referidas al transporte público, el reciclaje o “la educación, nuestra mayor inversión”. Como para contárselo ahora a Ignacio Wert. Por aquellas calendas, el actual director de TVE en Canarias era partidario de potenciar el programa Parlamento, que calificaba de “divino como está”, al tiempo que reclamaba para la autonómica resaltar los valores de la tierra como “nuestro clima, nuestro mayor capital”. Su involucración con el acervo, sin embargo, se refleja de mejor manera en su recomendación para crear “una unidad de eventos” que se encargue de “obtener valor añadido” a las treinta o cuarenta “retransmisiones de romerías, fiestas locales y otras efemérides que cuentan, en muchos casos, con todos los ingredientes para ser un buen producto de televisión”. Quizás por tan profundos valores, TVE limita extraordinariamente esas producciones desde que Taboada es su director regional. Pero hay más cosas: en su informe de 2008, Taboada abogaba por que la Televisión Canaria que dirigía tradujera en “historias positivas los problemas y dificultades del público” para “evitar generar una imagen de nuestra comunidad al borde de la depresión y el colapso”. Basta con ver un Telecanarias actual para ponerse en tales situaciones límite. Y ahí va la guinda: frente a las soflamas de su líder espiritual y de los voceros al cargo en el PP, que despotrican sin tino contra los 30 millones que cuesta anualmente la televisión y la radio públicas de Canarias, Taboada proclamaba en 2008 que estaban muy bien los 51 millones de euros del coste de la parrilla sólo de la tele. Apunta, Manolo.