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Mociones por la Ciudad del Agua

Vuelve este miércoles al Cabildo grancanario, y más concretamente a su Mesa de Contratación, el asunto de la Ciudad del Agua, ya saben, esa operación que el PSOE tacha de pelotazo y el grupo de gobierno de gran realización de la era soriana. Este miércoles, decíamos, se abrirán las plicas de las dos ofertas presentadas, la de Ralons (UD Las Palmas Gestión Deportiva) y la UTE formada por Serviocio-Mazotti-Hispánica. Nada que objetar a la máxima claridad en el proceso, que será exigida por los representantes de la oposición, escamados por la generosidad del Cabildo para el futuro adjudicatario: la Corporación aportará 10 de los 36 millones que costará la obra y dejará en manos del adjudicatario un negocio que, en el segundo año, puede reportar tres millones de beneficios y, a partir del quinto, entre cuatro y cinco. El pleno de la semana que viene deberá abordar (si la autoridad y el tiempo lo permiten) una moción de la incombustible Paquita Luengo, que seguramente acudirá armada con un par de informes económicos y jurídicos de los que a ella le pirran.

Vuelve este miércoles al Cabildo grancanario, y más concretamente a su Mesa de Contratación, el asunto de la Ciudad del Agua, ya saben, esa operación que el PSOE tacha de pelotazo y el grupo de gobierno de gran realización de la era soriana. Este miércoles, decíamos, se abrirán las plicas de las dos ofertas presentadas, la de Ralons (UD Las Palmas Gestión Deportiva) y la UTE formada por Serviocio-Mazotti-Hispánica. Nada que objetar a la máxima claridad en el proceso, que será exigida por los representantes de la oposición, escamados por la generosidad del Cabildo para el futuro adjudicatario: la Corporación aportará 10 de los 36 millones que costará la obra y dejará en manos del adjudicatario un negocio que, en el segundo año, puede reportar tres millones de beneficios y, a partir del quinto, entre cuatro y cinco. El pleno de la semana que viene deberá abordar (si la autoridad y el tiempo lo permiten) una moción de la incombustible Paquita Luengo, que seguramente acudirá armada con un par de informes económicos y jurídicos de los que a ella le pirran.