El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El montaje de 'Época'
La segunda prueba que presentó Soria al juez Puebla para montar este escándalo judicial que le ha estallado en las manos es el reportaje de la revista Época, que se elaboró precisamente a partir de la primera prueba prefabricada, la grabación a escondidas de una conversación con Benítez Cambreleng. ¿Qué decir de nuevo de este fantasmagórico reportaje titulado “Un GAL sin crímenes en Canarias”? Pues que fue criado, encargado y ensolerado por José Manuel Soria y los suyos a través de un acuerdo, de momento frustrado, de pagar los servicios a través de un contrato publicitario que habría de encargar la consejera de Turismo, Rita Martín, don dinero de Promotur. Es decir, de todos los canarios. El objetivo era que la revista, con el reportaje en portada, llegara al Parlamento de Canarias el día en que los socialistas iban a reprobar a José Manuel Soria. La encargada de esa parte de la logística era, cómo no, Rita Martín, que aparecía como una niña con zapatos nuevos repartiendo Época en Teobaldo Power. El resto de las pruebas del Soriagate son las entrevistas que Intereconomía TV, del mismo grupo editorial de Época, hizo a Soria para que se despachara a gusto.
La segunda prueba que presentó Soria al juez Puebla para montar este escándalo judicial que le ha estallado en las manos es el reportaje de la revista Época, que se elaboró precisamente a partir de la primera prueba prefabricada, la grabación a escondidas de una conversación con Benítez Cambreleng. ¿Qué decir de nuevo de este fantasmagórico reportaje titulado “Un GAL sin crímenes en Canarias”? Pues que fue criado, encargado y ensolerado por José Manuel Soria y los suyos a través de un acuerdo, de momento frustrado, de pagar los servicios a través de un contrato publicitario que habría de encargar la consejera de Turismo, Rita Martín, don dinero de Promotur. Es decir, de todos los canarios. El objetivo era que la revista, con el reportaje en portada, llegara al Parlamento de Canarias el día en que los socialistas iban a reprobar a José Manuel Soria. La encargada de esa parte de la logística era, cómo no, Rita Martín, que aparecía como una niña con zapatos nuevos repartiendo Época en Teobaldo Power. El resto de las pruebas del Soriagate son las entrevistas que Intereconomía TV, del mismo grupo editorial de Época, hizo a Soria para que se despachara a gusto.