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Multados por ir demasiado lento

Los hechos que les vamos a relatar en la versión de testigos presenciales ocurrieron este jueves en la calle de León y Castillo, frente al hotel Santa Catalina. Dos agentes motorizados de la Policía Local ordenaban detenerse al conductor de una guagua adornada con motivos carnavaleros y haciendo sonar música propia de estas fiestas tras haber detectado que circulaba a velocidad inadecuada por la Avenida Marítima de la ciudad. La velocidad inadecuada era demasiado lenta, según las apreciaciones de los agentes, lo que está castigado en el Código de la Circulación. Así que, para propinar la correspondiente multa, la fuerza interviniente, en un tono que los testigos han calificado de “chulesco”, tuvieron retenida a la guagua y a sus pasajeros durante hora y media, chafándoles por completo la tarde festiva que pensaban pasarse. Los pasajeros, dicho sea de paso, eran niños con síndrome de Down atendidos por la Ciudad de San Juan de Dios y pertenecientes a una asociación de La Isleta. En la guagua, además, viajaba un grupo de padres que, por mucho que lo intentó, no logró que a los dos agentes motorizados se les bajaran los humos o, en el caso más benigno, se les ablandara el corazón. Es más, para que no faltara de nada y dado que sobran policías por la ciudad, los dos agentes llamaron a una unidad de refuerzo, que se personó allí para meter en cintura a tan peligrosos delincuentes.

Los hechos que les vamos a relatar en la versión de testigos presenciales ocurrieron este jueves en la calle de León y Castillo, frente al hotel Santa Catalina. Dos agentes motorizados de la Policía Local ordenaban detenerse al conductor de una guagua adornada con motivos carnavaleros y haciendo sonar música propia de estas fiestas tras haber detectado que circulaba a velocidad inadecuada por la Avenida Marítima de la ciudad. La velocidad inadecuada era demasiado lenta, según las apreciaciones de los agentes, lo que está castigado en el Código de la Circulación. Así que, para propinar la correspondiente multa, la fuerza interviniente, en un tono que los testigos han calificado de “chulesco”, tuvieron retenida a la guagua y a sus pasajeros durante hora y media, chafándoles por completo la tarde festiva que pensaban pasarse. Los pasajeros, dicho sea de paso, eran niños con síndrome de Down atendidos por la Ciudad de San Juan de Dios y pertenecientes a una asociación de La Isleta. En la guagua, además, viajaba un grupo de padres que, por mucho que lo intentó, no logró que a los dos agentes motorizados se les bajaran los humos o, en el caso más benigno, se les ablandara el corazón. Es más, para que no faltara de nada y dado que sobran policías por la ciudad, los dos agentes llamaron a una unidad de refuerzo, que se personó allí para meter en cintura a tan peligrosos delincuentes.