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OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Paco Santana se abraza a Voltaire

Francisco Santana, Paco Santana, el portavoz más inesperado del PP de Telde, que tuvo que aceptar la alcaldía de la ciudad porque detuvieron a los siete compañeros del partido que iban por delante en la lista, es un buen chico. Éso es lo peor que se puede decir de un político: “¿Paco Santana? Paco Santana es un buen chico”. A partir de ahí cuélguenle al pobre todos los epítetos de conmiseración política que quieran, flojo, bisoño, torpe, inexperto, miope, falto de cintura... Le ha tocado a este buen chico hacerse cargo de un partido en descomposición en una ciudad que el partido dejó descompuesta, y no da pie con bola. Este buen chico, ni siquiera citando a Voltaire, que no es el inventor del voltio, precisamente.

Francisco Santana, Paco Santana, el portavoz más inesperado del PP de Telde, que tuvo que aceptar la alcaldía de la ciudad porque detuvieron a los siete compañeros del partido que iban por delante en la lista, es un buen chico. Éso es lo peor que se puede decir de un político: “¿Paco Santana? Paco Santana es un buen chico”. A partir de ahí cuélguenle al pobre todos los epítetos de conmiseración política que quieran, flojo, bisoño, torpe, inexperto, miope, falto de cintura... Le ha tocado a este buen chico hacerse cargo de un partido en descomposición en una ciudad que el partido dejó descompuesta, y no da pie con bola. Este buen chico, ni siquiera citando a Voltaire, que no es el inventor del voltio, precisamente.