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El Parlamento regresa al telegrama

Hay hombres que imprimen carácter, y uno de ellos es sin duda Antonio Castro Cordobez, presidente del Parlamento de Canarias al que muchos jamás se imaginaron haciendo otra cosa que no fuera consejero de Obras Públicas. Castro, que estrenó legislatura de una manera calamitosa (recuerden, firmando y enviando a La Zarzuela una certificación con la investidura de Paulino varias horas antes de que el hecho tuviera lugar), es una de esas personas dignas de ocupar un cachito de la historia de la nacionalidad. Ya está trabajando a pleno rendimiento y ya ha dado órdenes de cómo convocar a los diputados regionales: por el siempre seguro y convencional método del telegrama. Y eso que el Parlamento se ha gastado inmensas fortunas en poner fax, ordenador portátil con cuenta de correo personalizada, teléfono y hasta Blackberry a cada una de sus señorías. Pero donde esté un telegrama... Y donde esté don Antonio...

Hay hombres que imprimen carácter, y uno de ellos es sin duda Antonio Castro Cordobez, presidente del Parlamento de Canarias al que muchos jamás se imaginaron haciendo otra cosa que no fuera consejero de Obras Públicas. Castro, que estrenó legislatura de una manera calamitosa (recuerden, firmando y enviando a La Zarzuela una certificación con la investidura de Paulino varias horas antes de que el hecho tuviera lugar), es una de esas personas dignas de ocupar un cachito de la historia de la nacionalidad. Ya está trabajando a pleno rendimiento y ya ha dado órdenes de cómo convocar a los diputados regionales: por el siempre seguro y convencional método del telegrama. Y eso que el Parlamento se ha gastado inmensas fortunas en poner fax, ordenador portátil con cuenta de correo personalizada, teléfono y hasta Blackberry a cada una de sus señorías. Pero donde esté un telegrama... Y donde esté don Antonio...