El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El patrimonio de Casimiro, desde 1998
El juez de La Gomera ha puesto boca abajo al presidente del Cabildo de La Gomera a ver qué cosas son las que caen en aplicación de la ley de la gravedad desde su patrimonio amasado desde 1998, año en el que arranca el viejo litigio entre Casimiro Curbelo y el médico Antonio Manuel Pérez y Pérez. Aquellas diferencias dieron lugar al roce, del roce vino el cariño, y de nuevo el roce en forma de actitudes un poco jodelonas del presidente socialista, que se negaba a arreglar unas calificaciones urbanísticas en Los Lameros hasta que lo hizo mediante acuerdo extrajudicial supuestamente a cambio de una dádiva en forma de empresa, la Chewy West, en la que aparece otra pieza clave de la historia, el constructor gomero Fortunato Arteaga, que actúa como testaferro. Fortunato Arteaga es hijo de uno de los tres grandes constructores de La Gomera, Ramón Arteaga Suárez. Su papel de testaferro en la empresa Chewy West SL, en el periodo en que pasa de manos de Antonio Manuel Pérez y Pérez a las de El Papi parece estar más que acreditado por confesión del interesado en sede judicial. Del mismo modo que aparece acreditada la mala uva con la que Curbelo ha tratado históricamente al doctor Pérez, al que bloqueó desde el Plan Insular de Ordenación cualquier recalificación de sus dominios. Por cierto, que Soria no tire voladores, que por esos predios del PIO aparece también su fichaje gomero, Javier Trujillo.
El juez de La Gomera ha puesto boca abajo al presidente del Cabildo de La Gomera a ver qué cosas son las que caen en aplicación de la ley de la gravedad desde su patrimonio amasado desde 1998, año en el que arranca el viejo litigio entre Casimiro Curbelo y el médico Antonio Manuel Pérez y Pérez. Aquellas diferencias dieron lugar al roce, del roce vino el cariño, y de nuevo el roce en forma de actitudes un poco jodelonas del presidente socialista, que se negaba a arreglar unas calificaciones urbanísticas en Los Lameros hasta que lo hizo mediante acuerdo extrajudicial supuestamente a cambio de una dádiva en forma de empresa, la Chewy West, en la que aparece otra pieza clave de la historia, el constructor gomero Fortunato Arteaga, que actúa como testaferro. Fortunato Arteaga es hijo de uno de los tres grandes constructores de La Gomera, Ramón Arteaga Suárez. Su papel de testaferro en la empresa Chewy West SL, en el periodo en que pasa de manos de Antonio Manuel Pérez y Pérez a las de El Papi parece estar más que acreditado por confesión del interesado en sede judicial. Del mismo modo que aparece acreditada la mala uva con la que Curbelo ha tratado históricamente al doctor Pérez, al que bloqueó desde el Plan Insular de Ordenación cualquier recalificación de sus dominios. Por cierto, que Soria no tire voladores, que por esos predios del PIO aparece también su fichaje gomero, Javier Trujillo.