El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Cómo pedir la lista en una sucursal
Si usted es cajista y está interesado en lo que le ocurra a esta entidad, nuevamente en manos tenebrosas, les recomendamos las sugerencias de un lector para acceder al famoso listado de compromisarios para la elección de consejeros generales. Ahí va eso: “Vaya usted a la sucursal de la Caja que prefiera. Es probable, para empezar, que utilicen el truco de una instrucción interna, aunque no escrita, transmitida sólo a jefes adictos, que consiste en preguntarle, para despistar, si usted tiene cuenta en esa oficina, porque si no es asi, ”lo sentimos, pero no podemos atenderle“. No se deje engañar, grite, monte el pollo, haga valer su derecho: demuéstreles que tiene cuenta en la Caja y basta, ¡¡¡que usted quiere ver la lista!!!. Entonces, A) ármese de paciencia, o B) monte otro pollo, hasta que logre tener al director atendiéndole a usted solito (porque él siempre estará muy ocupado y querrá hacerle esperar; es otra táctica). Cuando lo tenga enfrente, dígale que le preste la lista para cotejarla con calma y tabaco en ese rincón, silla, sillón, sofá, taburete o mesa que esté disponible en la oficina y que pueda facilitársele, ?por favor, si es tan amable?. Sigue.
Si usted es cajista y está interesado en lo que le ocurra a esta entidad, nuevamente en manos tenebrosas, les recomendamos las sugerencias de un lector para acceder al famoso listado de compromisarios para la elección de consejeros generales. Ahí va eso: “Vaya usted a la sucursal de la Caja que prefiera. Es probable, para empezar, que utilicen el truco de una instrucción interna, aunque no escrita, transmitida sólo a jefes adictos, que consiste en preguntarle, para despistar, si usted tiene cuenta en esa oficina, porque si no es asi, ”lo sentimos, pero no podemos atenderle“. No se deje engañar, grite, monte el pollo, haga valer su derecho: demuéstreles que tiene cuenta en la Caja y basta, ¡¡¡que usted quiere ver la lista!!!. Entonces, A) ármese de paciencia, o B) monte otro pollo, hasta que logre tener al director atendiéndole a usted solito (porque él siempre estará muy ocupado y querrá hacerle esperar; es otra táctica). Cuando lo tenga enfrente, dígale que le preste la lista para cotejarla con calma y tabaco en ese rincón, silla, sillón, sofá, taburete o mesa que esté disponible en la oficina y que pueda facilitársele, ?por favor, si es tan amable?. Sigue.