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Pedro viene

La ciudad de La Laguna va camino de convertirse en la Aldea Gala de los socialistas canarios, al menos de los que consideran que el acuerdo de gobierno alcanzado con Coalición Canaria es manifiestamente mejorable, eufemismo que en realidad oculta la apreciación “vaya mierda de pacto”. Con perdón. Porque por carambolas de la política (y un recurso electoral del PP) ese será el último ayuntamiento que se constituya –concretamente el 3 de julio- cuando ya habrá quedado claro cuál es el panorama, cómo ha quedado resuelto el mapa de poder local y cuál es el paso, al gramo, de la humillación infligida por CC. El anuncio de Unid@s, la candidatura de confluencia de las marcas cercanas a Podemos, de que está dispuesta a hacer alcalde al socialista Javier Abreu, tercero en los resultados tras CC y ellos mismos, afianza la posibilidad de que los herederos del bastón de Ana Oramas y Fernando Clavijo pasen a la bancada de la oposición. Abreu no coge el teléfono; Santiago Pérez se niega a dar detalles… síntomas suficientes para poder concluir que algo se cuece en La Laguna y algo verdaderamente novedoso. Que José Miguel Ruano, negociador de CC en la mesa regional, haya declarado solemnemente que “lo de Santa Cruz” va a ser difícil de reconducir (lo de Santa Cruz: mandar al PSOE a la oposición para pactar Coalición con el PP); patadas en el bajo vientre como la de Puerto de la Cruz o sometimientos hasta el límite mismo del aguante humano como el que han tenido que soportar los muchachos y muchachas de Anselmo Pestana en La Palma han hecho que el club de fans de Javier Abreu haya incrementado sus socios numerarios de manera exponencial. Si a eso se une el paquete de pacto que ha salido de esa mesa negociadora, es natural pensar que en las bases socialistas canarias haya cuajado cierto deseo de revancha.

El recuerdo del caso Baute

La posibilidad, aunque sea remota, de que CC acabe el 3 de julio en la oposición del Ayuntamiento de La Laguna no es cosa que haga puñetera gracia a Fernando Clavijo, presidente in péctore, ni a Ana Oramas, presidenta de su club de fans, los dos últimos alcaldes de esa ciudad. Es una plaza emblema que no están dispuestos a perder bajo ningún concepto, como se ha demostrado a lo largo de la historia reciente. En 1999, Oramas unió a toda la oposición para impedir que Santiago Pérez (trece concejales, a uno de la mayoría absoluta) se hiciera con la alcaldía, que venía de Elfidio Alonso. Y desde entonces es una especie de talismán que catapulta a todo el que toca ese bastón de mando. Cuando en 2000 se especuló con una moción de censura que descabalgara a Oramas de la alcaldía, los bajos fondos de ATI se movilizaron para impedirla a toda costa. Tan a toda costa que un empleado del Ayuntamiento, muy vinculado a la causa ática, se reunió con dos empresarios para pedirles que estuvieran atentos por si había que secuestrar a una concejala del PP, de nombre Lucía Pérez Brito, para impedir que hubiera votos suficientes. Como el funcionario resultó llamarse Nicolás Baute, el caso se bautizó con su apellido, caso Baute, y fue cogiendo cuerpo gracias a la aparición de un vídeo –que la Policía autentificó- en el que se escuchaban las cosas más grandiosas que cualquier familia del hampa pueda desear. Cierto es que el Ayuntamiento rápidamente purgó a tan atrevido marciano, del que se dice en los ambientes laguneros que vive como un marajá sin tener oficio ni beneficio que públicamente se conozcan. Un juicio celebrado en 2013 acabó, miren ustedes qué cosas, con la absolución de todos los acusados, el tal Baute y los dos empresarios que aparecían en el vídeo, sin que se conozca qué suerte tuvo la cosa en el Supremo. Si es que alguien recurrió, claro, que ya se sabe que el paso del tiempo lo cura todo. El caso es que uno de los aspectos que están teniendo en cuenta los negociadores del posible pacto lagunero es la eventualidad de que alguno de los concejales pueda tener la mano ligera y alargarla hacía un lugar llamado tamayazo, porque dan por descontado que, de haber fumata blanca en ese pacto, intentos de soborno va a haber.

Que viene Pedro

En esta situación de incertidumbre respecto a la ciudad de La Laguna, está previsto que ese lunes se firme el pacto de gobierno regional entre Coalición Canaria y el Partido Socialista. Si bien se daba por descontado que esa efeméride tendría lugar en el Congreso de los Diputados a las cuatro y media de la tarde (hora peninsular), este mismo domingo se intentaba a todo trapo cambiar la agenda de Pedro Sánchez para que fuera él el que se acercara a Tenerife y así hacer posible que en ese acto estuviera presente la candidata a vicepresidenta, Patricia Hernández, al que su avanzado embarazo le impide tomar aviones. A última hora de la noche no había llegado a los medios informativos ninguna convocatoria oficial, lo que nos conduce a pensar que se mantenía la primera cita. En cualquier caso, la firma del acuerdo alcanzado en la mesa negociadora va a ser ratificado antes de que los órganos directivos del PSOE, particularmente su Ejecutiva Regional, hayan tenido conocimiento oficial de los pormenores, más allá de lo que sus miembros hayan podido leer en la prensa o escuchado en radio Macuto. Mientras otros partidos emergentes se dedican a refrendar sus decisiones en asambleas o en votaciones por Internet, el Partido Socialista, pionero en primarias y otras modernidades, pondrá a Pedro Sánchez, a Fernando Clavijo y a José Miguel Barragán a firmar un documento cuyo contenido no ha sido ratificado por sus órganos. Nadie sabe, por ejemplo, si Pedro Sánchez asume con su firma la pérdida de poder de su partido en municipios como Santa Cruz de Tenerife, donde todavía ejerce Patricia Hernández como secretaria general de su agrupación local. O si se comprometerá a expulsar a Javier Abreu si pone a CC en la oposición en La Laguna. Al más puro estilo centralista, el PSOE aparcará para esta ocasión su carácter federal y hará valer las conveniencias de la política nacional (los diputados de CC en el Congreso de los Diputados serán muy valiosos a partir de noviembre, si saca alguno) para imponer a su federación canaria el pacto que unos pocos han decidido.

Cuidados paliativos, nada estratégico

Dentro del PSOE hay algunos movimientos de personas muy molestas con estas maneras de actuar. Se ha hecho un pacto a espaldas de la propia organización que ha sentado a cuerno quemado en muchos sitios. Un pacto que, en cuanto se conozca en sus interioridades, puede generar aún más descontento. Y no sólo por la claudicación ante los incumplimientos flagrantes de CC, sino por la ausencia de una estrategia clara que permitiera a los socialistas convertirse en agentes decisivos para el diseño del futuro de Canarias. La renuncia a la Consejería de Educación es el más flagrante de esta deriva. Con tal de borrar de la historia la gestión de José Miguel Pérez y su equipo, la nueva dirigencia ha renunciado a un departamento clave para el futuro de esta tierra. Pero, además, ha dejado toda la planificación del territorio, toda la planificación energética, toda la planificación turística y toda la planificación económica a sus socios nacionalistas. Desde el entorno de Patricia Hernández se responde a este reproche con la Consejería de Obras Públicas, gentilmente cedida por CC justo en los momentos en los que la inversión pública está por los suelos y sin visos de recuperarse en años. A cambio, el PSOE ha elegido los departamentos paliativos. Se da por sentado que Patricia Hernández asumirá Políticas Sociales en su vicepresidencia, y que nombrará consejera de Sanidad a su compañera diputada nacional Pilar Grande, en detrimento del que todos dábamos por cantado, Jesús Morera, a quien se coloca al frente del Servicio Canario de Salud. Les deseamos mucha suerte en el ciclópeo reto que se les impone, levantar un departamento destrozado y en sus peores ratios. También se queda el PSOE con Empleo, más cuidados paliativos y nada de diseño estratégico: cada vez que suba el paro, la oposición dirá que es culpa de Canarias; y cuando baje, que ha sido gracias a Mariano Rajoy. Y luego, la vivienda, otra competencia que generará mucha atención, mucha inversión imposible, mucha negociación y, si no hay suerte, muchas frustraciones. Pero ni una sola consejería con proyección de futuro para imprimir la impronta progresista que la candidata a vicepresidenta lanzó certeramente en su campaña electoral y que se reducirá exclusivamente a las prestaciones sociales de la gente. Con el talonario en manos de CC, que es lo más bonito que tiene.

Sabemos quién era al gafe, pero no nos dejan decirlo

Por lo demás, la Unión Deportiva Las Palmas ha ascendido a Primera División tras un grandioso partido que resultó ser un homenaje al fútbol. Después de la frustración colectiva que supuso quedarse en segunda el año pasado, con la derrota in extremis frente al Córdoba tras una vergonzosa actuación de la parte más changa del público, el equipo amarillo ha sabido reponerse y firmar una temporada acreedora del ascenso. La prensa maña reconocía la noche de este domingo la superioridad de la UD en el partido en el Gran Canaria, y se resignaba a esperar un año más por el ascenso. Un estadio, el de Gran Canaria, por cierto, pésimamente diseñado que más parece pensado por el adversario que para hacer un remedo moderno del entrañable Insular. Ahora tendrá que acoger grandes citas deportivas con mayores exigencias técnicas y deportivas y con las gradas más cerca del césped. Han sido necesarios casi tres lustros para regresar a Primera División, donde todo es muy distinto: más ingresos para el club, más afición interesada y, sobre todo, un revulsivo económico y social innegable para una ciudad que hace ya demasiados años está sumida en el infortunio. En la UD Las Palmas saben quién fue el gafe que durante estas últimas temporadas lo jodió todo, pero como no nos lo dejan contar, ahí se quedan con las ganas. Sólo una pista: ayer no estaba en el palco de autoridades por primera vez en cuatro años. Felicitamos al presidente de la UD, Miguel Ángel Ramírez, factótum de este éxito, y a toda la plantilla por el esfuerzo realizado. Y, por supuesto, a esta afición tan apasionada y tan fiel, con el deseo de que se lo pase muy bien en Primera durante muchos fructíferos años.

La ciudad de La Laguna va camino de convertirse en la Aldea Gala de los socialistas canarios, al menos de los que consideran que el acuerdo de gobierno alcanzado con Coalición Canaria es manifiestamente mejorable, eufemismo que en realidad oculta la apreciación “vaya mierda de pacto”. Con perdón. Porque por carambolas de la política (y un recurso electoral del PP) ese será el último ayuntamiento que se constituya –concretamente el 3 de julio- cuando ya habrá quedado claro cuál es el panorama, cómo ha quedado resuelto el mapa de poder local y cuál es el paso, al gramo, de la humillación infligida por CC. El anuncio de Unid@s, la candidatura de confluencia de las marcas cercanas a Podemos, de que está dispuesta a hacer alcalde al socialista Javier Abreu, tercero en los resultados tras CC y ellos mismos, afianza la posibilidad de que los herederos del bastón de Ana Oramas y Fernando Clavijo pasen a la bancada de la oposición. Abreu no coge el teléfono; Santiago Pérez se niega a dar detalles… síntomas suficientes para poder concluir que algo se cuece en La Laguna y algo verdaderamente novedoso. Que José Miguel Ruano, negociador de CC en la mesa regional, haya declarado solemnemente que “lo de Santa Cruz” va a ser difícil de reconducir (lo de Santa Cruz: mandar al PSOE a la oposición para pactar Coalición con el PP); patadas en el bajo vientre como la de Puerto de la Cruz o sometimientos hasta el límite mismo del aguante humano como el que han tenido que soportar los muchachos y muchachas de Anselmo Pestana en La Palma han hecho que el club de fans de Javier Abreu haya incrementado sus socios numerarios de manera exponencial. Si a eso se une el paquete de pacto que ha salido de esa mesa negociadora, es natural pensar que en las bases socialistas canarias haya cuajado cierto deseo de revancha.

El recuerdo del caso Baute