Peñita se despeña

En medio de estas contradicciones gubernamentales acerca de si disparan las escopetas o los pájaros, aparece en escena la que se puede considerar personaje del mes, María de la Peña Armas Hernández, parlamentaria del Partido Popular por la circunscripción de Fuerteventura. La gente que la quiere la llama Peñita, y más de uno le ha advertido del frondoso jardin en el que se ha metido preguntando al Gobierno por las acciones que piensa tomar el Instituto Canario de la Mujer respecto a una respuesta de Emilio Mayoral, presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, dada a lo largo de una entrevista desenfadada en CANARIAS AHORA RADIO. Mayoral había sido interrogado por May del Rosario acerca de la fisonomía femenina, y tras insistirle mucho, el ex alcalde terminó reconociendo que en lo primero que se fija es en la parte delantera. El PP ha montado en cólera, y Larry Álvarez, que no soporta que el personal se regocije lo más mínimo ni por delante ni por detrás, obligó a Águeda Montelongo a activar esta peregrina iniciativa parlamentaria. A Montelongo le faltó tiempo para presentarla y adjudicársela a Peñita. Pero, pobre Peñita.

En medio de estas contradicciones gubernamentales acerca de si disparan las escopetas o los pájaros, aparece en escena la que se puede considerar personaje del mes, María de la Peña Armas Hernández, parlamentaria del Partido Popular por la circunscripción de Fuerteventura. La gente que la quiere la llama Peñita, y más de uno le ha advertido del frondoso jardin en el que se ha metido preguntando al Gobierno por las acciones que piensa tomar el Instituto Canario de la Mujer respecto a una respuesta de Emilio Mayoral, presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, dada a lo largo de una entrevista desenfadada en CANARIAS AHORA RADIO. Mayoral había sido interrogado por May del Rosario acerca de la fisonomía femenina, y tras insistirle mucho, el ex alcalde terminó reconociendo que en lo primero que se fija es en la parte delantera. El PP ha montado en cólera, y Larry Álvarez, que no soporta que el personal se regocije lo más mínimo ni por delante ni por detrás, obligó a Águeda Montelongo a activar esta peregrina iniciativa parlamentaria. A Montelongo le faltó tiempo para presentarla y adjudicársela a Peñita. Pero, pobre Peñita.