El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Pepa y su maqueta
La alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria se dispone a presentar su Plan Territorial del istmo en una maqueta. Un sinsentido, una cierta provocación, porque un Plan tiene un nivel de abstracción que luego, al concretarse en un proyecto, adquiere los detalles de una maqueta. La Gran Marina, como la dieron en llamar en aquel vergonzoso conchabo declarado ilegal, alcanza ahora cotas de solemne disparate por tres motivos: a) porque es una ruina para el Puerto y nadie quiere arriesgar el punto más neurálgico de la isla; b) porque pone una gran marina o muelle deportivo, su leitmotiv con casi mil yates, donde nunca la pondría un ingeniero, un consignatario o cualquier persona sensata, y c) porque por poner los yates donde pretenden se relega el tráfico de pasajeros al dique de La Esfinge, es decir, en el quinto pino.
La alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria se dispone a presentar su Plan Territorial del istmo en una maqueta. Un sinsentido, una cierta provocación, porque un Plan tiene un nivel de abstracción que luego, al concretarse en un proyecto, adquiere los detalles de una maqueta. La Gran Marina, como la dieron en llamar en aquel vergonzoso conchabo declarado ilegal, alcanza ahora cotas de solemne disparate por tres motivos: a) porque es una ruina para el Puerto y nadie quiere arriesgar el punto más neurálgico de la isla; b) porque pone una gran marina o muelle deportivo, su leitmotiv con casi mil yates, donde nunca la pondría un ingeniero, un consignatario o cualquier persona sensata, y c) porque por poner los yates donde pretenden se relega el tráfico de pasajeros al dique de La Esfinge, es decir, en el quinto pino.