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Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

Una piconera con ajuar

Apasionante el asunto de las cuadrículas mineras cuyo nacimiento y esplendor hemos seguido las últimas semanas en este periódico. Más que nada a raíz de que explotara -dicho sea sin segundas- el contubernio en cuyo epicentro -volvemos a ir sin segundas- se encuentra el ex diputado del PP Antonio Luis Medina. Para que la fiesta no decaiga, y a sabiendas de que tomará carrerilla en breve, les acercamos un asunto que guarda relación: en el barrio de La Lechucilla, en San Mateo, existe una mina de picón que el Ayuntamiento de la Vega ha decidido rehabilitar. En tal afán, el consistorio se encontró con que debía equilibrar los taludes porque se les podía venir abajo la montaña. Para ello, la decisión fue arrojar escombros. Nada que objetar, salvo si al encargado de esa tarea no se le ocurre otra cosa que dejar que entre los escombros se arrojen colchones, lavadoras, neveras y otros enseres más propios de una lista de bodas que del relleno de una montaña.

Apasionante el asunto de las cuadrículas mineras cuyo nacimiento y esplendor hemos seguido las últimas semanas en este periódico. Más que nada a raíz de que explotara -dicho sea sin segundas- el contubernio en cuyo epicentro -volvemos a ir sin segundas- se encuentra el ex diputado del PP Antonio Luis Medina. Para que la fiesta no decaiga, y a sabiendas de que tomará carrerilla en breve, les acercamos un asunto que guarda relación: en el barrio de La Lechucilla, en San Mateo, existe una mina de picón que el Ayuntamiento de la Vega ha decidido rehabilitar. En tal afán, el consistorio se encontró con que debía equilibrar los taludes porque se les podía venir abajo la montaña. Para ello, la decisión fue arrojar escombros. Nada que objetar, salvo si al encargado de esa tarea no se le ocurre otra cosa que dejar que entre los escombros se arrojen colchones, lavadoras, neveras y otros enseres más propios de una lista de bodas que del relleno de una montaña.