Es la política, estúpido

Nos encanta la consejera de Agricultura que tiene Canarias. Para quien no la conozca, les informamos que se llama Pilar Merino, que es del PP y su carrera profesional es la de inspectora de Hacienda, casi nada. Tiene pinta de buena persona, lo que ni es positivo ni es negativo para dedicarse a esa actividad que la tiene ahora tan atareada. Ni debe ser esa apariencia bondadosa la que nos debe llevar a pensar que todo lo que diga está inspirado por los Diez Mandamientos o por cualquier código de buen gobierno al uso. De lo que sí estamos seguros es de que es de ese tipo de personas que se dedica a la política con preservativo y guantes de látex, esto es, que parece tener repelús al ejercer esa actividad. Oiga, doña, o se está en política o no se está, así que deseche eso de que la destitución de un viceconsejero de Pesca no es política porque no cabe ninguna otra motivación. Tanto si lo echó porque se lo dijo Soria o porque se le puso a usted en el arco de sus caprichos. La política (incluso la mala que practica su jefe) es así. Como el fútbol.

Nos encanta la consejera de Agricultura que tiene Canarias. Para quien no la conozca, les informamos que se llama Pilar Merino, que es del PP y su carrera profesional es la de inspectora de Hacienda, casi nada. Tiene pinta de buena persona, lo que ni es positivo ni es negativo para dedicarse a esa actividad que la tiene ahora tan atareada. Ni debe ser esa apariencia bondadosa la que nos debe llevar a pensar que todo lo que diga está inspirado por los Diez Mandamientos o por cualquier código de buen gobierno al uso. De lo que sí estamos seguros es de que es de ese tipo de personas que se dedica a la política con preservativo y guantes de látex, esto es, que parece tener repelús al ejercer esa actividad. Oiga, doña, o se está en política o no se está, así que deseche eso de que la destitución de un viceconsejero de Pesca no es política porque no cabe ninguna otra motivación. Tanto si lo echó porque se lo dijo Soria o porque se le puso a usted en el arco de sus caprichos. La política (incluso la mala que practica su jefe) es así. Como el fútbol.