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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

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Nos escribe un amigo y lector de Madrid para que nos andemos con cuidado por lo que le pasó. El hombre circulaba tan ricamente por la A 10 cuando le paró una patrulla del benemérito cuerpo de la Guardia Civil, que le pidió los papeles y las cosas de rigor. Una de esas cosas de rigor es, como saben, esos discretitos chalecos que nos obligan a llevar a mano, por si se diera la circunstancia de que haya que bajarse, Dios no lo quiera, a cambiar una rueda o algo así. El hombre mostró el chaleco seguro ya de que había superado la prueba policial. Pero no. Lo siguiente que le pidieron fueron los triángulos homologados y los bombillitos de repuesto, que, como todo hijo de vecino, lleva en el portabultos. Para allá se dirigió, cuenta nuestro comunicante, pero sin ponerse el dichoso chaleco reflectante, lo que le valió una receta de 90 euros. Lo ponemos en conocimiento de todos porque, por mucho que protestó el infractor (consideró innecesario el chaleco dada la verbena de luces que le tenía montada la Guardia Civil), lo empapelaron bien empapelado.

Nos escribe un amigo y lector de Madrid para que nos andemos con cuidado por lo que le pasó. El hombre circulaba tan ricamente por la A 10 cuando le paró una patrulla del benemérito cuerpo de la Guardia Civil, que le pidió los papeles y las cosas de rigor. Una de esas cosas de rigor es, como saben, esos discretitos chalecos que nos obligan a llevar a mano, por si se diera la circunstancia de que haya que bajarse, Dios no lo quiera, a cambiar una rueda o algo así. El hombre mostró el chaleco seguro ya de que había superado la prueba policial. Pero no. Lo siguiente que le pidieron fueron los triángulos homologados y los bombillitos de repuesto, que, como todo hijo de vecino, lleva en el portabultos. Para allá se dirigió, cuenta nuestro comunicante, pero sin ponerse el dichoso chaleco reflectante, lo que le valió una receta de 90 euros. Lo ponemos en conocimiento de todos porque, por mucho que protestó el infractor (consideró innecesario el chaleco dada la verbena de luces que le tenía montada la Guardia Civil), lo empapelaron bien empapelado.