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La presunción de inocencia, según CC

Así no hay quien despeje la corrupción. Ha dicho Paulino Rivero que el diputado de Coalición Canaria Esteban Bethencourt, ex alcalde de Valle Gran Rey, es inocente hasta que recaiga sobre él condena firme, es decir, hasta que la ratifique el Supremo, si es que no se encuentra motivo de inconstitucionalidad en la sentencia y el hombre recurre al Tribunal Constitucional y, a continuación, al de Derechos Humanos de Estrasburgo. Hay que recordar que Bethencourt ha sido encontrado culpable por un jurado popular y que ha sido condenado a cuatro años de cárcel y diez de inhabilitación para ejercer cargo público por un tribunal presidido por un magistrado, en este caso Antonio Castro Feliciano. La presunción de inocencia está, por lo tanto, totalmente diluida. Nos encontramos ante un cargo público condenado por malversación de caudales públicos que sigue ejerciendo una actividad pública. Su continuidad en el cargo choca contra cualquier código ético, contra cualquier conveniencia democrática y contra el sentido común. Pero es verdad que el voto gomero es muy necesario con la que está por caer en Coalición Canaria. Pero ésa es otra presunción de culpabilidad.

Así no hay quien despeje la corrupción. Ha dicho Paulino Rivero que el diputado de Coalición Canaria Esteban Bethencourt, ex alcalde de Valle Gran Rey, es inocente hasta que recaiga sobre él condena firme, es decir, hasta que la ratifique el Supremo, si es que no se encuentra motivo de inconstitucionalidad en la sentencia y el hombre recurre al Tribunal Constitucional y, a continuación, al de Derechos Humanos de Estrasburgo. Hay que recordar que Bethencourt ha sido encontrado culpable por un jurado popular y que ha sido condenado a cuatro años de cárcel y diez de inhabilitación para ejercer cargo público por un tribunal presidido por un magistrado, en este caso Antonio Castro Feliciano. La presunción de inocencia está, por lo tanto, totalmente diluida. Nos encontramos ante un cargo público condenado por malversación de caudales públicos que sigue ejerciendo una actividad pública. Su continuidad en el cargo choca contra cualquier código ético, contra cualquier conveniencia democrática y contra el sentido común. Pero es verdad que el voto gomero es muy necesario con la que está por caer en Coalición Canaria. Pero ésa es otra presunción de culpabilidad.