Los presuntos sediciosos y el Sindicato

La Alarma trae cola. Pone al descubierto que los interlocutores ante el Gobierno de España en el conflicto laboral de los controladores aéreos carecen de legitimación alguna desde el viernes pasado. Fomento no negociará mientras dure el Estado de Alarma, toca ahora actuar a la Justicia y poner en su sitio a los presuntos delincuentes que abandonaron el viernes sus puestos vitales de trabajo. También a la Fiscalía tramitar la denuncia del Gobierno canario, por los presuntos delitos de sedición, desobedencia y contra la administración pública. Pero cuando la situación se normalice y Defensa devuelva el mando a Fomento del tráfico aéreo, ¿con quién va a sentarse el Gobierno? ¿Con un sindicato incapaz de controlar a sus afiliados hasta el punto de que sus tibios intentos del viernes de pedir la vuelta a sus trabajos cayeron en saco roto? ¿O será que todo estaba atado y bien atado desde el 3 de noviembre y lo que se iba a desatar estaba previsto? Son demasiadas preguntas en el aire para un histórico fin de semana de bochorno internacional, que deja a los pies de los caballos a un colectivo que, de tener razón alguna vez, la ha perdido toda por las formas. Incluso por mucho que, como una de estas privilegiadas de al menos 200.000 euros anuales, se desgallineten en facebook considerándose “putos esclavos” que pasan de “las putas vacaciones” y el “puto puente” de los ciudadanos.

La Alarma trae cola. Pone al descubierto que los interlocutores ante el Gobierno de España en el conflicto laboral de los controladores aéreos carecen de legitimación alguna desde el viernes pasado. Fomento no negociará mientras dure el Estado de Alarma, toca ahora actuar a la Justicia y poner en su sitio a los presuntos delincuentes que abandonaron el viernes sus puestos vitales de trabajo. También a la Fiscalía tramitar la denuncia del Gobierno canario, por los presuntos delitos de sedición, desobedencia y contra la administración pública. Pero cuando la situación se normalice y Defensa devuelva el mando a Fomento del tráfico aéreo, ¿con quién va a sentarse el Gobierno? ¿Con un sindicato incapaz de controlar a sus afiliados hasta el punto de que sus tibios intentos del viernes de pedir la vuelta a sus trabajos cayeron en saco roto? ¿O será que todo estaba atado y bien atado desde el 3 de noviembre y lo que se iba a desatar estaba previsto? Son demasiadas preguntas en el aire para un histórico fin de semana de bochorno internacional, que deja a los pies de los caballos a un colectivo que, de tener razón alguna vez, la ha perdido toda por las formas. Incluso por mucho que, como una de estas privilegiadas de al menos 200.000 euros anuales, se desgallineten en facebook considerándose “putos esclavos” que pasan de “las putas vacaciones” y el “puto puente” de los ciudadanos.