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La sucesión socialista hace aguas

Ya nada es como era en las sucesiones políticas. Los nuevos modales que se hacen hueco en los partidos (en unos mucho más que en otros) desaconsejan la vieja práctica del nombramiento del heredero del preboste que se retira. No lo midió bien José Miguel Pérez a la hora de anunciar al mundo su deseo de no concurrir a las próximas autonómicas de Canarias y, consecuentemente, abandonar tras las elecciones la Secretaría Regional del PSOE canario. Creyó suficiente su opinión, el respaldo que le prestó la Ejecutiva Federal y el valor que muchos otorgan dentro del partido a Carolina Darias para proponerla como sucesora y rival del hasta entonces único candidato a las primarias abiertas, Gustavo Matos, que jamás escondió sus propósitos aun cuando debía enfrentarse al secretario general. Nadie había enseñado la patita y con aquel escenario, José Miguel Pérez se imaginó una sucesión tranquila. Pero retirado Pérez se abrió el melón, y abierto el melón, dos dirigentes que le hubieran apoyado sin dudarlo quedaron relevadas de su compromiso: Patricia Hernández y Paquita Luengo, a las que hay que añadir una parte importante del aparato que había puesto todo su empeño en que el vicepresidente repitiera su candidatura. A menos de un mes de la celebración de las primarias, ninguno de los cuatro candidatos está seguro si quiera de llegar a los 700 avales necesarios para optar, lo que en teoría debiera aconsejar que alguno de ellos se deje confluir. Pero eso todavía no ha ocurrido, y habrá que esperar al viernes, cierre del plazo de presentación de avales, para saber qué pasará. De momento sí que hay registradas escaramuzas, promesas de direcciones generales y de consejerías, acusaciones infundadas de que uno quiere pactar con el PP o boicot a actos de presentación de candidaturas por parte del macho de las cañadas del lugar. Lo único claro, como decíamos al principio, es que ya no se puede designar sin riesgo a un candidato oficialista. Carolina Darias debe batirse el cobre como uno más porque hasta en Gran Canaria tendrá que disputarse los votos, uno a uno, con Paquita Luengo, Gustavo Matos y Patricia Hernández, y seguramente por ese orden.

Spínola, con Patricia Hernández

En Tenerife las cosas parecen estar mucho más claras. Ni Darias ni Luengo tienen esperanzas de comerse una rosca porque los apoyos están bastante radicalizados. La mayor parte del aparato insular, con Manuel Fumero y Rafael Yanes al frente, han cerrado filas en torno a Patricia Hernández por indicaciones de la superioridad, que en la isla se reduce a los alcaldes del Sur y a Paco Hernández Spínola, otro que ha quedado liberado de respaldar a José Miguel Pérez al decidir retirarse, o a su candidata al ser designada sin los habituales trámites orgánicos. Spínola se repliega en torno al equipo de personas que el mismo aupó a la dirección en el último congreso insular, aun corriendo el riesgo de caer en las garras de José Miguel Rodríguez Fraga, el todopoderoso alcalde de Adeje, que mueve todas sus fichas en pro de un pacto con el Partido Popular sabedor de que en su municipio perderá su histórica mayoría absoluta y que tendrá complicado pactar con una Coalición Canaria, a la que han ido a parar los ex dirigentes socialistas locales por él purgados. Con esos apoyos parece difícil que Patricia Hernández no se alce con la mayor parte de los avales (y se supone que luego con los votos) en la isla de Tenerife, una ventaja solo amenazada por Gustavo Matos, que cuenta con el secretario general de La Laguna, Javier Abreu, perdedor por poco del congreso insular que alzó a Fumero con la victoria. Dicen en el entorno de Abreu que la gente de José Miguel Pérez, conocedora del nulo margen que tendrá en la isla Carolina Darias, anda lanzando la consigna de que el aval que no vaya para esta candidata se entregue en favor de Patricia Hernández, de modo que se limiten los apoyos a Matos y se compensen así los que sí tiene en Gran Canaria. Dimes y diretes que irán en aumento a medida que se acerquen los hitos clave de este proceso de primarias que hará aflorar sin duda los vicios ocultos más instalados en el Partido Socialista.

La Palma se calienta

En la búsqueda de avales y de apoyos, la isla de La Palma ha pasado a convertirse en un territorio decisivo. También allí el Partido Socialista se presenta dividido, pero no entre los que apoyarán a la candidata del aparato o los que se decantarán por algunos de los otros tres. Tampoco Darias tendrá muchos respaldos en la isla bonita por representar a José Miguel Pérez, a los que la muchachada de Anselmo Pestana considera culpable de su irradiación tras pactar con el Partido Popular. Los purgados piden soluciones a su situación, promesas de que serán restituidos en la militancia, y las han obtenido, miren ustedes qué cosas, nada menos que de José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje, que estaba en la Ejecutiva Federal que expulsó a los seis consejeros socialistas en el Cabildo palmero. Fraga no tuvo el menor recato de constituirse este domingo en la Fiesta de la Rosa de La Palma acompañando a Patricia Hernández, a Manuel Fumero y a Ana Rosa Guadalupe formando equipo nada menos que con los concejales expulsados en el municipio de Tacoronte. Una mezcla perversa que seguramente convendrá muy poco a Pestana y a su gente.

Paquita Luengo llena en Las Palmas

La que a priori partía con menos posibilidades era la actual consejera de Empleo, Industria y Comercio, Paquita Luengo. También ella se vio liberada de cualquier compromiso con José Miguel Pérez y con su sucesora al ver que aquel se retiraba sin avisar. Tras medir sus respaldos, Luengo se ha lanzado a la aventura con un equipo de viejas y muy potentes glorias del PSOE, como Carmelo Padrón, Antonio Márquez, Demetrio Suárez y Blas Trujillo, con los que este lunes consiguió reventar la sede de la Agrupación Local de Las Palmas de Gran Canaria sin contar con el apoyo de Chano Franquis, que solo convocó el acto de Carolina Darias, que ni siquiera llenó. Luengo puede presumir de haber hecho una buena gestión de gobierno en los momentos de vacas flacas, y de haber sido capaz también de destacar en tareas de oposición, siempre contra José Manuel Soria, primero en el Cabildo de Gran Canaria y luego en el Parlamento regional. Y eso se le reconoció ampliamente en la presentación de su candidatura este lunes. Su feudo natural, Gran Canaria, se lo disputará a Carolina Darias con la esperanza de que la oficialidad deje libertad a la militancia para decidir y no se repitan decisiones como la de la Agrupación Local de Puerto del Rosario, que ha decidido dividir sus avales entre los cuatro candidatos en liza. Esta primera fase de las primarias socialistas quedará por fortuna cerrada una vez acabe el proceso de captación de avales. Luego vendrá la carrera por obtener el respaldo de la militancia, y lo que es más importante, el de los simpatizantes que se inscriban para votar el día 19 de octubre. Ahí no valdrán de mucho las viejas prácticas instaladas en el partido y se verá cuál es el candidato mejor posicionado para las elecciones del año que viene.

Antonio Morales presenta libro

El alcalde de Agüimes, Antonio Morales, es de esos históricos políticos en activo que destroza por completo el nuevo pensamiento dogmático que sitúa en la casta a los que han trabajado por mejorar la calidad democrática desde que se pudo. Respaldado en las urnas una y otra vez por sus vecinos, respetado por seguidores y adversarios, dotado como pocos de una enorme capacidad para la pedagogía política, ha sabido manejarse con coherencia y honradez en ese enjambre de intereses cruzados que ha sido y sigue siendo Canarias. Adscrito ma non troppo a Nueva Canarias por mor de los acuerdos que con ese partido mantiene su agrupación de electores Roque Aguayro, ha renunciado muchas veces a salirse del espacio municipal porque no ha visto claro lo que le ofrecían, lo que ha acrecentado su valor y las ansias de muchos por que dedique sus esfuerzos a instituciones en las que nos veamos representados un mayor número de ciudadanos. Pero los personalismos de otros le han aconsejado –hasta ahora- quedarse quieto, pero no callado. En Canarias Ahora hay una amplia colección de sabios artículos suyos que atestiguan el proceso de madurez que ha alcanzado para poder pronunciarse con autoridad sobre asuntos como la energía, el clima, la economía y, sobre todo, la democracia, cuyo debilitamiento termina afectando a todo lo demás. Este jueves, a las 20.00, en el Club La Provincia, presenta nuevo libro, Tiempos Difíciles, una selección de sus artículos prologada por Julio Anguita, quien opina esto sobre el alcalde de Agüimes: “Antonio, a través de estos escritos, se erige en paciente Sócrates que a fuer de lúcido analista de la cotidianeidad está permanentemente provocando en el lector la necesidad de ir más allá de lo aparente. Y eso lo convierte en un adversario del sistema y sus coartadas de todo tipo”.

Ya nada es como era en las sucesiones políticas. Los nuevos modales que se hacen hueco en los partidos (en unos mucho más que en otros) desaconsejan la vieja práctica del nombramiento del heredero del preboste que se retira. No lo midió bien José Miguel Pérez a la hora de anunciar al mundo su deseo de no concurrir a las próximas autonómicas de Canarias y, consecuentemente, abandonar tras las elecciones la Secretaría Regional del PSOE canario. Creyó suficiente su opinión, el respaldo que le prestó la Ejecutiva Federal y el valor que muchos otorgan dentro del partido a Carolina Darias para proponerla como sucesora y rival del hasta entonces único candidato a las primarias abiertas, Gustavo Matos, que jamás escondió sus propósitos aun cuando debía enfrentarse al secretario general. Nadie había enseñado la patita y con aquel escenario, José Miguel Pérez se imaginó una sucesión tranquila. Pero retirado Pérez se abrió el melón, y abierto el melón, dos dirigentes que le hubieran apoyado sin dudarlo quedaron relevadas de su compromiso: Patricia Hernández y Paquita Luengo, a las que hay que añadir una parte importante del aparato que había puesto todo su empeño en que el vicepresidente repitiera su candidatura. A menos de un mes de la celebración de las primarias, ninguno de los cuatro candidatos está seguro si quiera de llegar a los 700 avales necesarios para optar, lo que en teoría debiera aconsejar que alguno de ellos se deje confluir. Pero eso todavía no ha ocurrido, y habrá que esperar al viernes, cierre del plazo de presentación de avales, para saber qué pasará. De momento sí que hay registradas escaramuzas, promesas de direcciones generales y de consejerías, acusaciones infundadas de que uno quiere pactar con el PP o boicot a actos de presentación de candidaturas por parte del macho de las cañadas del lugar. Lo único claro, como decíamos al principio, es que ya no se puede designar sin riesgo a un candidato oficialista. Carolina Darias debe batirse el cobre como uno más porque hasta en Gran Canaria tendrá que disputarse los votos, uno a uno, con Paquita Luengo, Gustavo Matos y Patricia Hernández, y seguramente por ese orden.

Spínola, con Patricia Hernández