El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
No es el primer partido de Alarcó
Si los vaticinios de los expertos del PP se cumplen, este congreso nacional será el de la definitiva consagración de Antonio Alarcó como hombre fuerte de José Manuel Soria en Tenerife, y por ende, un bastión en Canarias. El ministro quiere fortalecer las presidencias insulares para que sus cada vez más prolongadas ausencias del Archipiélago estén controladas por sus más leales dirigentes. El senador y eterno aspirante a desbancar a Ricardo Melchior al frente del Cabildo de Tenerife verá recompensada su lealtad con un lugar en el máximo órgano directivo del partido que hasta ahora creíamos que era su única fe política. Pues no es así, ya sabemos que no es así. Antonio Alarcó, que tuvo un tormentoso paso por el equipo rectoral de Marisa Tejedor, del que fue destituido, se estrenó en la política partidaria en el seno del Partido Democrático Liberal, que allá por los ochenta se integró en la Operación Reformista que capitaneaba desde Barcelona el histórico Miquel Roca i Junyent. El PDL nació en la isla de los rescoldos de la asociación Liberales de Tenerife, de cuya junta directiva el doctor Alarcó fue vocal. Su arrolladora personalidad lo convirtió de inmediato en vicepresidente de ese partido, con el que concurrió al menos a una convocatoria electoral. Su presidente fue el histórico Juan Julio Fernández, actual presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en Canarias.
Si los vaticinios de los expertos del PP se cumplen, este congreso nacional será el de la definitiva consagración de Antonio Alarcó como hombre fuerte de José Manuel Soria en Tenerife, y por ende, un bastión en Canarias. El ministro quiere fortalecer las presidencias insulares para que sus cada vez más prolongadas ausencias del Archipiélago estén controladas por sus más leales dirigentes. El senador y eterno aspirante a desbancar a Ricardo Melchior al frente del Cabildo de Tenerife verá recompensada su lealtad con un lugar en el máximo órgano directivo del partido que hasta ahora creíamos que era su única fe política. Pues no es así, ya sabemos que no es así. Antonio Alarcó, que tuvo un tormentoso paso por el equipo rectoral de Marisa Tejedor, del que fue destituido, se estrenó en la política partidaria en el seno del Partido Democrático Liberal, que allá por los ochenta se integró en la Operación Reformista que capitaneaba desde Barcelona el histórico Miquel Roca i Junyent. El PDL nació en la isla de los rescoldos de la asociación Liberales de Tenerife, de cuya junta directiva el doctor Alarcó fue vocal. Su arrolladora personalidad lo convirtió de inmediato en vicepresidente de ese partido, con el que concurrió al menos a una convocatoria electoral. Su presidente fue el histórico Juan Julio Fernández, actual presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en Canarias.