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No es un problema de comunicación

El Gobierno de Mariano Rajoy no tiene un problema en su política de comunicación, tiene un problema político de muy difícil comunicación y peor digestión para los españoles. Necesita una comunicación que no existe en el mercado, la de la contradicción permanente, la del digo diego en cuestión de horas, la de multiplicar los panes y los peces, la de contradecirse entre sus ministros con una naturalidad digna de mejor causa. El problema de comunicación del Gobierno de Rajoy es que todavía quedan algunos medios informativos en España que, a duras penas, tratan de informar de la situación real, y cuando falla la prensa española, siempre queda el recurso de la extranjera, que está avanzando permanentemente los acontecimientos que el presidente se niega a reconocer hasta que se han producido. Y cuando se han producido, Mariano Rajoy tiene la inmensa desfachatez de atribuirse el éxito del acontecimiento hasta entonces solemnemente negado.

El Gobierno de Mariano Rajoy no tiene un problema en su política de comunicación, tiene un problema político de muy difícil comunicación y peor digestión para los españoles. Necesita una comunicación que no existe en el mercado, la de la contradicción permanente, la del digo diego en cuestión de horas, la de multiplicar los panes y los peces, la de contradecirse entre sus ministros con una naturalidad digna de mejor causa. El problema de comunicación del Gobierno de Rajoy es que todavía quedan algunos medios informativos en España que, a duras penas, tratan de informar de la situación real, y cuando falla la prensa española, siempre queda el recurso de la extranjera, que está avanzando permanentemente los acontecimientos que el presidente se niega a reconocer hasta que se han producido. Y cuando se han producido, Mariano Rajoy tiene la inmensa desfachatez de atribuirse el éxito del acontecimiento hasta entonces solemnemente negado.