El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Se querelló en 2006, pero pidió prisión en 2008
No cuenta la verdad completa el presidente del Gobierno cuando dice que ningún miembro de su Gobierno se ha querellado contra periodistas, porque aún siendo cierto que la querella fue interpuesta por Soria en 2006, siendo presidente del Cabildo de Gran Canaria, es igual de cierto que el escrito de acusación lo presentó el 7 de mayo de 2008 ante Instrucción 4 de Las Palmas de Gran Canaria, cuando ya llevaba casi un año de vicepresidente del Gobierno. Un escrito de acusación, por cierto, en el que el también presidente del PP pedía penas de prisión para los dos periodistas (dos años para Carlos Sosa y uno para Chavanel), además de multas de 500.000 y 250.000 euros para cada uno de ellos, y 750.000 euros de responsabilidad civil a pagar solidariamente por las empresas propietarias de CANARIAS AHORA y de CANARIAS AHORA RADIO. Es el escrito de acusación de Soria el que marca verdaderamente el deseo del político de “amordazar” a los periodistas, y no la querella en sí misma, cuyo recorrido no se conoce en el momento de interponerse.
No cuenta la verdad completa el presidente del Gobierno cuando dice que ningún miembro de su Gobierno se ha querellado contra periodistas, porque aún siendo cierto que la querella fue interpuesta por Soria en 2006, siendo presidente del Cabildo de Gran Canaria, es igual de cierto que el escrito de acusación lo presentó el 7 de mayo de 2008 ante Instrucción 4 de Las Palmas de Gran Canaria, cuando ya llevaba casi un año de vicepresidente del Gobierno. Un escrito de acusación, por cierto, en el que el también presidente del PP pedía penas de prisión para los dos periodistas (dos años para Carlos Sosa y uno para Chavanel), además de multas de 500.000 y 250.000 euros para cada uno de ellos, y 750.000 euros de responsabilidad civil a pagar solidariamente por las empresas propietarias de CANARIAS AHORA y de CANARIAS AHORA RADIO. Es el escrito de acusación de Soria el que marca verdaderamente el deseo del político de “amordazar” a los periodistas, y no la querella en sí misma, cuyo recorrido no se conoce en el momento de interponerse.