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Nos ratificamos: nada en la contabilidad

Ni uno solo de los recibos que hoy ponemos a disposición de nuestros lectores aparece contabilizado en las cuentas de Atlantic Buildings, ni siquiera el presunto pago de 12.800 euros que la señora Benítez se despacha con un recibo más propio de una tienda de aceite y vinagre que de un alquiler de estos quilates. Hemos vuelto a revisar el Libro Mayor de la compañía, y ni rastro. Esto significa que los dineros que Mari Carmen Benítez entregaba a los propietarios del chalet que habitaba han ido a un lugar distinto al que legalmente deberían haber ido. Si es que hubo dineros, porque ni uno solo de los expertos consultados da por bueno que un recibo de estos pueda ser considerado documento de pago. Tenían que haber sido facturas, con todas sus características, y en el peor de los casos, recibos conteniendo el sello de la empresa, la identidad fiscal de cada cual, una numeración correlativa y, por lo menos, la palabra “Pagado” en alguna esquina.

Ni uno solo de los recibos que hoy ponemos a disposición de nuestros lectores aparece contabilizado en las cuentas de Atlantic Buildings, ni siquiera el presunto pago de 12.800 euros que la señora Benítez se despacha con un recibo más propio de una tienda de aceite y vinagre que de un alquiler de estos quilates. Hemos vuelto a revisar el Libro Mayor de la compañía, y ni rastro. Esto significa que los dineros que Mari Carmen Benítez entregaba a los propietarios del chalet que habitaba han ido a un lugar distinto al que legalmente deberían haber ido. Si es que hubo dineros, porque ni uno solo de los expertos consultados da por bueno que un recibo de estos pueda ser considerado documento de pago. Tenían que haber sido facturas, con todas sus características, y en el peor de los casos, recibos conteniendo el sello de la empresa, la identidad fiscal de cada cual, una numeración correlativa y, por lo menos, la palabra “Pagado” en alguna esquina.