El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El referéndum diabólico
Jugada maestra, sobre todo si el Gobierno de España lo prohíbe. La decisión del Gobierno canario de someter a consulta popular las prospecciones en aguas cercanas a las Islas ha cogido con el paso cambiado a detractores y partidarios y ha trasladado a manos de Mariano Rajoy una decisión envenenada y con espoleta retardada. La ley prohíbe celebrar este tipo de referéndums noventa días antes o después de unas elecciones, lo que provocará que haya que contar tres meses a partir de las Europeas del 25 de mayo, y limitar la celebración a tres meses antes de las autonómicas de mayo de 2015. Es decir, se presenta un otoño calentito, especialmente si, como es de Perogrullo por los antecedentes que adornan al PP, Madrid prohíbe la consulta con cajas destempladas. Ese es el escenario más probable, llamémosle escenario 1: Mariano Rajoy (y especialmente José Manuel Soria y sus mariachis de Canarias) se pone la patria por montera y decide declarar el petróleo asunto de Estado que no se puede someter a consulta solo a una parte de la nación. No habrá referéndum y continuarán las prospecciones. Teniendo en cuenta el contenido de las cartas y de las reuniones de Paulino Rivero con Rajoy y con el Rey, se explotará el sentimiento de desafección de Canarias a la Corona de Castilla (perdón por la pepitoria repentina), sentimiento que estará más justificado gracias a las voces que desde casi todos los sectores políticos clamarán contra una cerrazón evidentemente censurante al pronunciamiento popular. La caída en apoyos al PP se acentuará y sus líderes tendrán cada día menos argumentos para sostener lo que hasta ahora habían venido sosteniendo: que los detractores son pocos y que el Gobierno y los cabildos protestantes están solos y engañan a los ciudadanos con sus campañas. El escenario 1 crispará los ánimos y es más que probable que los indecisos se inclinen por el rechazo a la explotación petrolífera sencillamente por rebeldía ante lo que será interpretado como una cacicada más. Este primer escenario se completa con el amplio debate que de inmediato empezó a suscitar la decisión canaria, debate que se extenderá durante meses y que, muy probablemente, acabe contagiando a Baleares, con lo que la bomba pasa a ser de racimo.
Escenario 2: resultado incierto
Si por una pirueta política al PP le da por respaldar la celebración de la consulta y ésta se celebra en el primer periodo posible, otoño de 2014, se meterá en otros dos berenjenales. El primero, obviamente, el que se le abrirá por la vía catalana, que no entendería la autorización, por mucho que aquí no se esté hablando de proceso soberanista alguno, lo que se elevaría al cuadrado con la situación balear, que querría lo mismo. El otro berenjenal se le crearía al PP canario, que tendría que compaginar la campaña en favor del petróleo con la campaña electoral de 2015, que se le presenta bastante apretadita. Los favorables al no a las prospecciones lo tienen fácil, y hasta les basta con el reconocimiento tácito de Repsol y de la dirigencia pepera canaria de que el riesgo de vertidos existe y que nadie puede cuantificar el tamaño de una catástrofe. El PP sólo tendría una fisura en el discurso gubernamental: la que le facilitarñian los dirigentes de Coalición Canaria y un sector del PSOE de las islas occidentales, donde creen tener lejano el peligro de que un accidente pueda acabar con la industria turística. O no les vendría mal, que de todo hay en esta fraccionada mentalidad archipielágica. Para entonces, el partido de Soria escondería a dirigentes como Manolo Fernández para evitar que en un encendido discurso vuelva a llamar gilipollas a los que no comulguen con las plataformas; o a Sigfrid Soria, que debe estar metiéndose cada mañana dos latas de espinacas de las de Popeye y todas las proteínas de Rambo para soltar su balacera cotidiana. Como todo debate público de esta categoría, nadie a estas alturas puede estar seguro del resultado que pueda deparar un referéndum así porque nadie conoce cómo serán las campañas a favor o en contra o si la pretendida pregunta del Gobierno (“¿Está usted de acuerdo con las prospecciones de petróleo autorizadas a la multinacional Repsol frente a las costas de nuestras islas?”) se cambiará por otra mucho más puñetera.
Buscando la paralización cautelar
A partir de este momento, una vez el Gobierno canario ha tomado la decisión, ésta se trasladará al Parlamento regional, donde debe ser respaldada por mayoría absoluta (al menos 31 diputados), teóricamente garantizada por el pacto CC-PSOE. Con ese acuerdo en la mano, Paulino Rivero habrá de dirigirse al presidente del Gobierno de la Nación para que le dé curso; si Rajoy lo hace se paralizaría cautelarmente la autorización de las prospecciones hasta que se celebre la consulta, lo que quebraría los indisimulados planes de Soria y de Antonio Brufau. Entonces sería cuando se discutieran los términos en que se celebraría el referéndum, con sus fechas y la pregunta a proponer. Dicen desde el Gobierno que se ha introducido el nombre de Repsol porque es la compañía que tiene la autorización actual y que si no se concreta no está garantizado que la fórmula jurídica sea la más adecuada. Otras voces se preguntan qué pasaría si la compañía amiga vendiera sus derechos, pero de momento ése es el texto aprobado por el Gobierno y el que va a ir al Parlamento. Ocurra lo que ocurra a partir de ahora, nada va a ser lo mismo porque al debate del petróleo se ha sumado ya el de la conveniencia del referéndum. Los detractores han intentado incendiar las redes con una suerte bastante desigual tirando a muy centralista. Pero esto no ha hecho más que empezar. Veremos cuál es la evolución.
Zerolo descarga los juzgados canarios
Algo ha hecho bien el senador Miguel Zerolo: descargar de parte de su trabajo a unos cuantos juzgados canarios en los que estaba siendo investigados por presuntos delitos relacionados con la corrupción. La noticia de que ya tiene tres causas penales acumuladas en el Supremo quedó eclipsada por culpa de la decisión del Gobierno de meterle a Rajoy un referéndum lapa debajo de la silla, pero a nosotros –de común muy puñeteros- no se nos va a pasar por alto así de fácil. Primero porque ya resulta bastante vergonzoso que un personaje así no haya levantado ya la mano para rendirse, para entregar su acta de senador por la Comunidad Autónoma (que lo es gracias a los votos de Coalición Canaria y el PP, no lo olvidemos), para dedicarse a partir de ahora a defenderse y a sus negocios privados, que seguramente los tiene. Lo hizo –lo de retirarse- muy prudentemente, al verse implicado en la causa, el ex presidente de la Autoridad Portuaria de Tenerife y tesorero de CC Luis Suárez Trenor, que fue despedido con todos los honores de ordenanza por el partido y que espera a que la causa termine para enfrentarse al juicio correspondiente. Segundo, es ya insostenible que, dada la imposibilidad de que ocurra lo anterior, convendría que su partido exija la dimisión a Miguel Zerolo y lo expulse expeditivamente dada la reincidencia del señorito en un comportamiento perfectamente reprobable en lo político y bastante sospechoso en lo penal. Y lo tercero, las cosas que dice el auto del Supremo declarándose competente para instruir esta causa del caso Forum Filatélico, respecto exclusivamente del aforado, complican enormemente las cosas, porque a los dineros que la juez instructora da por sentado que se repartieron, se añaden otros acontecimientos sospechosos, como la venta a un precio muy ventajoso de una casa a la hermana de Zerolo por parte del sospechoso de haber sobornado al alcalde para que le tramitara unas modificaciones urbanísticas muy suculentas, el señor Pérez Lavajos. Si los dineros no fueron para él sino para el partido, que Zerolo se lo diga al juez; y que explique lo de sus hermanos y lo de su asesora de urbanismo, que al parecer también sacaron tajada de la operación de la gran marina de Santa Cruz.
Tintín contra Futbolín
En aplicación de la misma doctrina que condujo a Asier Antona, secretario general del PP canario, a afear públicamente la deriva insularista del presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, toca similar tirón de orejas al alcalde de la capital grancanaria, Juan José Cardona, que ha tomado los mismos derroteros. Cuando parecía que el pleito insular había quedado reducido a los carnavales y al fútbol, Cardona ha desempolvado de su armario su último disfraz de Tintín (periodista, qué le vamos a hacer) para arremeter contra su homólogo de Santa Cruz de Tenerife a cuenta de lo que para él es un despojo inasumible: las consecuencias del fraude en el padrón de habitantes que incrementó en 15.000 almas el censo municipal de la capital chicharrera. Tintín contra Futbolín, como llaman sus compañeros de parranda carnavalera a José Manuel Barmúdez por sus añoradas virtudes como jugador de balompié. Como siempre que toma una iniciativa que cree genial, Cardona equivoca el tiro, que dirige a partes iguales al Gobierno canario y al alcalde vecino, como equivoca seguramente la cuantía que exige para su ciudad, nada menos que cinco millones de euros. Primero porque es difícil colocarle el Instituto Nacional de Estadística en el ámbito de competencias del Gobierno de Canarias; segundo, porque la inflamación del padrón proviene de tiempos pretéritos, incluso algo más allá de Zerolo (que consintió), hasta situarnos ante las pantuflas del alcalde García Gómez, que terminó en el PP cuando lo llamaron a declarar por unos dinerillos idos a Islas Caimán; y tercero porque pretender desenterrar el pleito insular bajo las siglas del PP cuando su partido tiene posibilidades de arañarle votos a CC en su feudo tinerfeño es dar ventaja al adversario. Por eso Antona manda a callar a Bravo de Laguna, y por eso es de esperar que haga lo propio con Tintín. Para que recuerde que sólo en Carnavales y ante un derbi se puede jugar con las cosas de comer.
Jugada maestra, sobre todo si el Gobierno de España lo prohíbe. La decisión del Gobierno canario de someter a consulta popular las prospecciones en aguas cercanas a las Islas ha cogido con el paso cambiado a detractores y partidarios y ha trasladado a manos de Mariano Rajoy una decisión envenenada y con espoleta retardada. La ley prohíbe celebrar este tipo de referéndums noventa días antes o después de unas elecciones, lo que provocará que haya que contar tres meses a partir de las Europeas del 25 de mayo, y limitar la celebración a tres meses antes de las autonómicas de mayo de 2015. Es decir, se presenta un otoño calentito, especialmente si, como es de Perogrullo por los antecedentes que adornan al PP, Madrid prohíbe la consulta con cajas destempladas. Ese es el escenario más probable, llamémosle escenario 1: Mariano Rajoy (y especialmente José Manuel Soria y sus mariachis de Canarias) se pone la patria por montera y decide declarar el petróleo asunto de Estado que no se puede someter a consulta solo a una parte de la nación. No habrá referéndum y continuarán las prospecciones. Teniendo en cuenta el contenido de las cartas y de las reuniones de Paulino Rivero con Rajoy y con el Rey, se explotará el sentimiento de desafección de Canarias a la Corona de Castilla (perdón por la pepitoria repentina), sentimiento que estará más justificado gracias a las voces que desde casi todos los sectores políticos clamarán contra una cerrazón evidentemente censurante al pronunciamiento popular. La caída en apoyos al PP se acentuará y sus líderes tendrán cada día menos argumentos para sostener lo que hasta ahora habían venido sosteniendo: que los detractores son pocos y que el Gobierno y los cabildos protestantes están solos y engañan a los ciudadanos con sus campañas. El escenario 1 crispará los ánimos y es más que probable que los indecisos se inclinen por el rechazo a la explotación petrolífera sencillamente por rebeldía ante lo que será interpretado como una cacicada más. Este primer escenario se completa con el amplio debate que de inmediato empezó a suscitar la decisión canaria, debate que se extenderá durante meses y que, muy probablemente, acabe contagiando a Baleares, con lo que la bomba pasa a ser de racimo.