Reflejos en Santa Brígida

Les podemos garantizar que en ocasiones nos apetece mucho publicar buenas noticias, y este miércoles nos han brindado esa oportunidad el alcalde de Santa Brígida, Carmelo Vega, y su concejal de Urbanismo, Carlos Sánchez, ambos dos del PP, lo cual nos pone todavía más. Lo decimos porque cuando creíamos que teníamos un buen titular (algo así como “Pelotazo urbanístico en Monte Bravo, Santa Brígida”), ambos dos fueron y nos lo destruyeron totalmente. Efectivamente, el nuevo Plan General satauteño, que este mismo jueves va a pleno para su aprobación inicial, iba a convertir en suelo de uso territorial una parcelita de 40.000 metros cuadrados que el Plan Especial de Protección del Paisaje de Tafira tenía catalogado con la máxima protección: uso rústico tradicional. Así que llamamos al concejal para que nos lo confirmara. Y nos lo confirmó. Cuando le dijimos que había vecinos muy cabreados porque eso suponía abrir la puerta a una próxima urbanización, Sánchez se movió, llamó al alcalde y a los portavoces municipales y nos volvió a llamar. Al final van a aprobar una moción cambiando lo clasificado, lo que satisfará a los vecinos y nos deja a nosotros con cara de 33. Sólo una duda debemos plantear a la agilidad satauteña: la confirmación dada por el concejal de Urbanismo de que hay otras piezas de suelo en la misma situación. Ya le preguntaremos por ellas.

Les podemos garantizar que en ocasiones nos apetece mucho publicar buenas noticias, y este miércoles nos han brindado esa oportunidad el alcalde de Santa Brígida, Carmelo Vega, y su concejal de Urbanismo, Carlos Sánchez, ambos dos del PP, lo cual nos pone todavía más. Lo decimos porque cuando creíamos que teníamos un buen titular (algo así como “Pelotazo urbanístico en Monte Bravo, Santa Brígida”), ambos dos fueron y nos lo destruyeron totalmente. Efectivamente, el nuevo Plan General satauteño, que este mismo jueves va a pleno para su aprobación inicial, iba a convertir en suelo de uso territorial una parcelita de 40.000 metros cuadrados que el Plan Especial de Protección del Paisaje de Tafira tenía catalogado con la máxima protección: uso rústico tradicional. Así que llamamos al concejal para que nos lo confirmara. Y nos lo confirmó. Cuando le dijimos que había vecinos muy cabreados porque eso suponía abrir la puerta a una próxima urbanización, Sánchez se movió, llamó al alcalde y a los portavoces municipales y nos volvió a llamar. Al final van a aprobar una moción cambiando lo clasificado, lo que satisfará a los vecinos y nos deja a nosotros con cara de 33. Sólo una duda debemos plantear a la agilidad satauteña: la confirmación dada por el concejal de Urbanismo de que hay otras piezas de suelo en la misma situación. Ya le preguntaremos por ellas.