El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Rodeado de corruptos
Imposible superar tanto bochorno. El de Bravo de Laguna, por supuesto, y el de las fuerzas vivas que lo animaron a celebrar un acto tan absurdo. Ni siquiera el dineral que se gasta en anunciarse en todos los medios informativos que pueblan la isla, desde los más señeros a los más parroquiales, consiguió que la ciudadanía y las fuerzas vivas que teóricamente les representan se dieran un salto por el Paraninfo aunque solo fuera por golisniar. 300 personas no es registro ni para el partido de Carmelo Suárez, el PCPC, que es capaz de movilizar al menos a 301 en cualquiera de sus bolos. La tipología de los que sí fueron se la podrán imaginar: empresarios que embarcaron a Bravo, mayormente el Círculo de Empresarios, entre los que echamos de menos a los más fanáticos defensores de Soria, verbigracia, la familia Alonso; o Mario Romero Mur, el primer beneficiado por los planes municipales de modernización, como les explicábamos ayer. Luego estaban los estómagos agradecidos y los por agradecer, como se podrán imaginar. Sí apreciamos la inconfundible presencia de cargos públicos relacionados con casos de corrupción, como la alcaldesa de Telde, Mari Carmen Castellano, que este mismo viernes, un par de horas antes de ir a hacerle la ola a Bravo, conoció que el fiscal anticorrupción pide para ella la friolera de cinco años de cárcel por su comportamiento en el seno del caso Faycan. No faltó tampoco a la cita el acusado Jorge Rodríguez, diputado regional, para el que también se piden penas de prisión por un presunto delito de tráfico de influencias en la misma causa penal, pieza separada mediante. También estaba por allí Carlos Sánchez, consejero de Obras Públicas (ole) acusado y con petición carcelaria en una causa en la que le descubrieron perdonándose los impuestos municipales de Santa Brígida. Un equipillo de la leche para acometer la ardua tarea de defender a Gran Canaria, como se podrán imaginar.
Imposible superar tanto bochorno. El de Bravo de Laguna, por supuesto, y el de las fuerzas vivas que lo animaron a celebrar un acto tan absurdo. Ni siquiera el dineral que se gasta en anunciarse en todos los medios informativos que pueblan la isla, desde los más señeros a los más parroquiales, consiguió que la ciudadanía y las fuerzas vivas que teóricamente les representan se dieran un salto por el Paraninfo aunque solo fuera por golisniar. 300 personas no es registro ni para el partido de Carmelo Suárez, el PCPC, que es capaz de movilizar al menos a 301 en cualquiera de sus bolos. La tipología de los que sí fueron se la podrán imaginar: empresarios que embarcaron a Bravo, mayormente el Círculo de Empresarios, entre los que echamos de menos a los más fanáticos defensores de Soria, verbigracia, la familia Alonso; o Mario Romero Mur, el primer beneficiado por los planes municipales de modernización, como les explicábamos ayer. Luego estaban los estómagos agradecidos y los por agradecer, como se podrán imaginar. Sí apreciamos la inconfundible presencia de cargos públicos relacionados con casos de corrupción, como la alcaldesa de Telde, Mari Carmen Castellano, que este mismo viernes, un par de horas antes de ir a hacerle la ola a Bravo, conoció que el fiscal anticorrupción pide para ella la friolera de cinco años de cárcel por su comportamiento en el seno del caso Faycan. No faltó tampoco a la cita el acusado Jorge Rodríguez, diputado regional, para el que también se piden penas de prisión por un presunto delito de tráfico de influencias en la misma causa penal, pieza separada mediante. También estaba por allí Carlos Sánchez, consejero de Obras Públicas (ole) acusado y con petición carcelaria en una causa en la que le descubrieron perdonándose los impuestos municipales de Santa Brígida. Un equipillo de la leche para acometer la ardua tarea de defender a Gran Canaria, como se podrán imaginar.