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Roldós, una de toldos y otra de las células madre

Hubo una vez un alcalde que telefoneó a una agencia de noticias para dictarle unas declaraciones, tal cual. Quería hacer daño personal a un adversario político desde la impotencia que le producía no ganarle en la batalla de las ideas, del prestigio político. El alcalde era José Manuel Soria, y telefoneó a EFE para decir que Jerónimo Saavedra “pierde aceite”. Han pasado los años y ahora es Saavedra el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria (dos veces ministro, dos veces presidente...), Soria ocupa la vicepresidencia de un Gobierno que es acusado por el presidente del Cabildo de su isla natal de castigarla en los presupuestos autonómicos. En el mismo Gobierno y en el mismo partido que Soria se encuentra Mercedes Roldós, consejera de Sanidad, la que una vez tachó de “nacionalsocialista” el mismo Estatuto de Autonomía que meses después se puso a defender como una posesa. Ahora se ha metido con el prestigioso científico Bernat Soria, ministro de Sanidad, sencillamente por ser adversario político, sin el menor argumento en el campo de las ideas o del interés general. Es adversario, luego enemigo. A degüello.

Hubo una vez un alcalde que telefoneó a una agencia de noticias para dictarle unas declaraciones, tal cual. Quería hacer daño personal a un adversario político desde la impotencia que le producía no ganarle en la batalla de las ideas, del prestigio político. El alcalde era José Manuel Soria, y telefoneó a EFE para decir que Jerónimo Saavedra “pierde aceite”. Han pasado los años y ahora es Saavedra el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria (dos veces ministro, dos veces presidente...), Soria ocupa la vicepresidencia de un Gobierno que es acusado por el presidente del Cabildo de su isla natal de castigarla en los presupuestos autonómicos. En el mismo Gobierno y en el mismo partido que Soria se encuentra Mercedes Roldós, consejera de Sanidad, la que una vez tachó de “nacionalsocialista” el mismo Estatuto de Autonomía que meses después se puso a defender como una posesa. Ahora se ha metido con el prestigioso científico Bernat Soria, ministro de Sanidad, sencillamente por ser adversario político, sin el menor argumento en el campo de las ideas o del interés general. Es adversario, luego enemigo. A degüello.