Salvados por un 'pullover'

Pudo haber sido una tragedia si no fuera porque al dueño del coche que ardió este domingo en el garaje de la plaza de Maspalomas, en Playa del Inglés, le dio por regresar a buscar un pullover. Fue entonces cuando se dio cuenta de que su coche empezaba a arder y cuando también descubrió la horrible realidad de que ese aparcamiento, en el sótano segundo, contiguo a unos pubs, no tiene extintores actualizados, ni mangueras de incendio, que tiene una salida de emergencia cerrada con una reja, que no funcionan los extractores de humos y que los rociadores cenitales no se disparan aunque les acerques un mechero. Gracias a un extintor que le prestaron en una cafetería cercana pudo evitar que el fuego se extendiera a los otros treinta coches que había en esos momentos en el garaje, a muy pocos metros donde cientos de jóvenes se divertían ajenos a una potencial tragedia.

Pudo haber sido una tragedia si no fuera porque al dueño del coche que ardió este domingo en el garaje de la plaza de Maspalomas, en Playa del Inglés, le dio por regresar a buscar un pullover. Fue entonces cuando se dio cuenta de que su coche empezaba a arder y cuando también descubrió la horrible realidad de que ese aparcamiento, en el sótano segundo, contiguo a unos pubs, no tiene extintores actualizados, ni mangueras de incendio, que tiene una salida de emergencia cerrada con una reja, que no funcionan los extractores de humos y que los rociadores cenitales no se disparan aunque les acerques un mechero. Gracias a un extintor que le prestaron en una cafetería cercana pudo evitar que el fuego se extendiera a los otros treinta coches que había en esos momentos en el garaje, a muy pocos metros donde cientos de jóvenes se divertían ajenos a una potencial tragedia.