El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Salvar al soldado Soria
El auto dado a conocer este viernes archivando una denuncia contra José Manuel Soria por haber mentido a una comisión parlamentaria de investigación, es de auténtica vergüenza, dicho sea, cómo no, con el debido respeto a la Administración de Justicia y a la generalidad de los servidores públicos que trabajan para ella. Se trataba de salvar a José Manuel Soria, y damos fe de que la Fiscalía y la Sala de lo Civil y penal del TSJC salvaron al presidente del PP, al menos hasta que el mismo alto tribunal vuelva a abordar el asunto cuando se interponga este lunes el correspondiente recurso y se valore un poquito más en serio este triste auto que en nada contribuye a que los ciudadanos empiecen a creer en la Justicia y borren de su mente sus sospechas de que hasta en esto hay clases. Y categorías. El TSJC salvó a Soria dando un par de tirabuzones y tres saltos mortales, del mismo modo que hace unos meses salvóa Adán Martín sin tantos miramientos y en aplicación del que manda soy yo. Tan a lo Pacheco.
El auto dado a conocer este viernes archivando una denuncia contra José Manuel Soria por haber mentido a una comisión parlamentaria de investigación, es de auténtica vergüenza, dicho sea, cómo no, con el debido respeto a la Administración de Justicia y a la generalidad de los servidores públicos que trabajan para ella. Se trataba de salvar a José Manuel Soria, y damos fe de que la Fiscalía y la Sala de lo Civil y penal del TSJC salvaron al presidente del PP, al menos hasta que el mismo alto tribunal vuelva a abordar el asunto cuando se interponga este lunes el correspondiente recurso y se valore un poquito más en serio este triste auto que en nada contribuye a que los ciudadanos empiecen a creer en la Justicia y borren de su mente sus sospechas de que hasta en esto hay clases. Y categorías. El TSJC salvó a Soria dando un par de tirabuzones y tres saltos mortales, del mismo modo que hace unos meses salvóa Adán Martín sin tantos miramientos y en aplicación del que manda soy yo. Tan a lo Pacheco.