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Sánchez-Simón y la Intervención General

La auditoría de la Intervención General del Estado del ejercicio 2009, realizada a los organismos públicos estatales, no deja precisamente en buen lugar a la Autoridad Portuaria de Las Palmas, a cuyo frente se encuentra un inspector fiscal, economista cualificado y con capacidad suficiente como para no poder alegar ignorancia. Cosa distinta es que él, Javier Sánchez-Simón, discrepe abiertamente de las conclusiones de la Intervención General, que coloca al organismo portuario canario como el que más incidencias acumula entre los de su clase. Y esas discrepancias ya han sido elevadas a la superioridad en forma de alegaciones muy accidentadas. Tan accidentadas que costaron hasta un cerrajero que hiciera saltar por los aires la puerta del despacho donde se custodiaban el día en que se descubrió que la auditoría rulaba de redacción en redacción. Hay que elogiar al presidente de la Autoridad Portuaria por haber conseguido pacificar y reconducir muchas cosas de ese organismo, por el esfuerzo que ha hecho para consolidar los cruceros, por ceñir a los estibadores a la realidad o por atraer tráfico especializado. Y le agradecemos que sea un espíritu libre ajeno a las tiranteces que impone el presidente del que todavía es su partido, el PP, José Manuel Soria, pero lo que dice el informe lo tenemos que publicar y así lo hacemos.

La auditoría de la Intervención General del Estado del ejercicio 2009, realizada a los organismos públicos estatales, no deja precisamente en buen lugar a la Autoridad Portuaria de Las Palmas, a cuyo frente se encuentra un inspector fiscal, economista cualificado y con capacidad suficiente como para no poder alegar ignorancia. Cosa distinta es que él, Javier Sánchez-Simón, discrepe abiertamente de las conclusiones de la Intervención General, que coloca al organismo portuario canario como el que más incidencias acumula entre los de su clase. Y esas discrepancias ya han sido elevadas a la superioridad en forma de alegaciones muy accidentadas. Tan accidentadas que costaron hasta un cerrajero que hiciera saltar por los aires la puerta del despacho donde se custodiaban el día en que se descubrió que la auditoría rulaba de redacción en redacción. Hay que elogiar al presidente de la Autoridad Portuaria por haber conseguido pacificar y reconducir muchas cosas de ese organismo, por el esfuerzo que ha hecho para consolidar los cruceros, por ceñir a los estibadores a la realidad o por atraer tráfico especializado. Y le agradecemos que sea un espíritu libre ajeno a las tiranteces que impone el presidente del que todavía es su partido, el PP, José Manuel Soria, pero lo que dice el informe lo tenemos que publicar y así lo hacemos.