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La cabeza de Santi Negrín, entre el ‘Diario de Avisos’ y ‘El Día’

Santiago Negrín, flamante presidente/director general de la Radiotelevisión Canaria, tiene los días contados a tan solo seis meses de su atolondrado nombramiento diferido por el Parlamento de Canarias. Y seguramente no toda la culpa es suya: el método de elección de los miembros del consejo rector del ente, las precipitaciones de los que querían aplicar con urgencia el quítate tú pa ponerme yo, y el poder paralelo instalado fuera del Parlamento y fuera de la propia RTVC tienen mucha culpa de que todo el tinglado haya funcionado de una manera desquiciante. Los mismos partidos que pusieron en 2007 a Guillermo, Willy, García al frente de la dirección general (el PP y Coalición Canaria), con el consentimiento del PSOE, siempre ejerciendo de tonto útil, querían echarlo para que ésa fuera la primera muestra de que Paulino Rivero ya no mandaba en Canarias. Y Negrín ha aplicado tan estrictamente esos deseos que se le fue la mano por completo desde el primer día. Como elefante en cacharrería, rompió con el pasado haciendo una auténtica razia: a la calle todo el comité de dirección; sin contrato todas las productoras que surtían a la televisión pública; se acabaron las coberturas de sucesos… Que nada huela a Willy ni al Paulinato. Aleccionado por los intermediarios de las grandes y pequeñas productoras que se habían quedado fuera del reparto de programas de entretenimiento y de gestión de publicidad y de servicios informativos, convencidas de que había llegado su hora de recuperar contratos, el presidente/director general se precipitó enseguida hacia una deriva absolutamente desquiciante que muy pronto pasó factura al presidente Fernando Clavijo. Todo ello unido a una causa penal abierta en el Juzgado de Instrucción número 4 de Santa Cruz de Tenerife que amenaza seriamente con hacer temblar los pilares de la mamandurria en la que siempre estuvo metida Coalición Canaria (con el auxilio del PP y la tontuna del PSOE) para alimentar a sus amiguetes y retroalimentarse ella misma llegado el momento oportuno. Para colmo, los niveles de audiencia de la televisión se sitúan bajo mínimos sin que haya indicios de que la cosa pueda levantarse en los próximos trimestres.

Guerra mediática en Tenerife

La situación se ha tornado tan insostenible que el Gobierno de Fernando Clavijo ya piensa en una modificación de la nueva ley de radiotelevisión canaria para poder disponer del cargo de director general/presidente al viejo estilo que tanto criticó la nueva hornada ática. Se les ha ido de la mano el invento y tratan ahora de reconducirlo sin que parezca un paso atrás en aquellos loables intentos de democratizarlo. No lleva muy bien Coalición Canaria, sector ATI, que sobre la mesa estén en juego cosas tan delicadas como la financiación al Diario de Avisos, el periódico recientemente comprado por Lucas Fernández, y la necesaria paz con El Día, el periódico que fundara Leoncio Rodríguez y condujera a las más altas cotas de ignominia su sobrino José Rodríguez Ramírez, el fallecido don Pepito. Sin menospreciar en absoluto la postura, por momentos silenciosa pero armada, que mantienen las otras dos empresas editoras de periódicos impresos, Inforcasa-Canarias7, cuya filial Videoreport es la actual adjudicataria de los servicios informativos, y Editorial Prensa Canaria (La Provincia y La Opinión de Tenerife), accionista de Socater, que quiere volver al negocio televisivo que perdió en el único concurso que se convocó en la era Rivero. Con la campaña electoral en puertas, Clavijo y los suyos tienen ante sí un ramillete de intereses y presiones en el que no saben muy bien que rumbo tomar. Y no lo pueden solventar con los 193 millones (¿o son 160?) del ITE, esos que parece que van a cambiar el modelo productivo canario y hasta los efectos en nuestro litoral del cambio climático. Este domingo, el Diario de Avisos y El Día ya se declararon abiertamente hostilidades por esta cuestión. Y sin disimulo maldito.

Verdades a medias

El Diario de Avisos llevaba varios días preparando la andanada que ofreció a sus lectores este domingo bajo este sugerente titular: “Negrín contrata a una productora participada por el grupo en el que trabajó en los últimos seis años”. Y El Día, que se enteró in extremis de que venían curvas, le replicó en su edición dominical con una memorable pieza así titulada: “La Televisión Canaria pagó las deudas de Francisco Padrón”, pero con un añadido novedoso y nada pacífico: “El actual propietario del Diario de Avisos, Lucas Fernández, o el periodista Andrés Chaves son algunas de las estrellas invitadas a esta fiesta realizada con dinero público en la que el anterior director de la tele ejerció de generoso maestro de ceremonias”. Fascinante. Las dos informaciones contienen elementos ciertos: Es verdad que Santiago Negrín, en aplicación de la doctrina de “ahora le toca mamar a los otros” ha empezado a contratar programas –por el mismo método que su antecesor- con la Sociedad Canaria de Televisión Regional (Socater), que el periódico de Lucas Fernández sitúa solo en la órbita del Grupo Prisa sin mencionar a sus socios locales, Prensa Canaria (pero es necesario contextualizar, ¿verdad?). Y es cierto también que en los últimos días de mandato de Willy García se firmaron contratos muy suculentos con la productora de Lucas Fernández, Plató del Atlántico, con cuyos beneficios es más que probable que pudiera hacer frente a la compra del 51% del periódico de Elías Bacallao. Del mismo modo que es verdad de la buena que desde la televisión pública se ayudó a Paco Padrón, de Canal 7 y Amanecer Latino, a reducir sus deudas con los organismos públicos y a pagar sus imputaciones penales en los juzgados. Ambos asuntos han sido ampliamente tratados en Canarias Ahora sin reservas. Lo verdaderamente notable de esta refriega es cómo un medio contesta a otro dejándose cada cual la mitad de la información en el tintero. Pero, ¿por qué El Día defiende a Santiago Negrín y el Diario de Avisos lo ataca?

Santi Negrín, próximo director general de ‘El Día’

El periódico El Día se significó siempre, o al menos desde que José Rodríguez Ramírez, don Pepito, rompió abruptamente con Paulino Rivero, por una campaña constante contra Willy García. Como hizo contra otra mucha gente de manera despiadada y siempre mediante campañas desquiciadas que aun hoy le siguen costando mucha pasta en sentencias judiciales adversas. Por eso, la llegada de Santiago Negrín a la radiotelevisión pública en sustitución de García fue saludada en la sede de la avenida de Buenos Aires como un triunfo frente al Paulinato. Además, el cambio de aires podía contribuir a sacarle a Editorial Leoncio Rodríguez la espina que tenía clavada desde que se quedó fuera de la productora Videoreport Canarias por diferencias irreconciliables de don José con Juan Francisco García porque el primero quería ser presidente y el segundo tenía otros planes bien distintos. El Día, por lo tanto, es partidario de que Socater regrese por sus fueros, como efectivamente pretende Santi Negrín en ejecución de las órdenes que recibe desde fuera, y no necesariamente del Gobierno. A todo ello sumen que la heredera de El Día, Mercedes Rodríguez, es íntima amiga del nuevo director general/presidente de RTVC, con quien comparte muy a menudo mesa, mantel y sobremesa. La relación ha cuajado tanto que es más que probable que, una vez fuera de la tele, Negrín pase a ser el nuevo director general de Editorial Leoncio Rodríguez.

Precipitar la caída del presidente de RTVC

Las razones del Diario de Avisos no son muy distintas. Lejos de pretender hacer daño al Gobierno de Canarias por la funesta elección de este consejo rector de RTVC y de su presidente/director general, lo que intenta es precipitar la caída de Santiago Negrín y que se dé paso a una política audiovisual en la que el reparto de contratos de producción llegue a más productoras, es decir, que llegue a Plató del Atlántico. Pero sin declararle la guerra a Editorial Prensa Canaria, accionista de Socater. Por eso en la información de este domingo solo se nombra al grupo Prisa, propietario de la Cadena Ser, donde trabajó Negrín hasta su designación. El periódico de Lucas Fernández relata cómo el presidente del consejo rector de RTVC “ha asignado la mayor parte del presupuesto destinado a contratación de programas para 2015 a la productora Socater, que preside el empresario Turístico Enrique Hernandis” sin que la mayoría de los miembros del Consejo Rector conozcan los detalles de dichos contratos. Y añade que “Socater no dispone de estructura profesional ni infraestructura técnica adecuada para la realización de los programas encargados por Negrín, por lo que subcontrata los servicios a otra productora audiovisual denominada Mediareport Canarias, de la que curiosamente también es copropietario y presidente el empresario valenciano afincado en Tenerife” Enrique Hernandis. Más curioso resulta que esas circunstancias que se relatan de Socater así como sus subcontratas sean exactamente las mismas que tenía cuando, en la primera era de la televisión pública de Canarias, era la adjudicataria de los servicios informativos, de los programas de entretenimiento y de la gestión de publicidad sin que nadie abriera la boca para quejarse. Pero ya se sabe que lo que vale para hogaño puede no valer para antaño. El hacha de guerra ha sido desenterrado. La caída de Negrín es inminente. Y tras ella, ya verán, volverán la paz y los viejos métodos tan criticados.

Sánchez-Simón y Alberto Padrón son un par

La ruptura traumática entre la directiva del Real Club Náutico de Gran Canaria y su masa social parece ya irreversible. La Junta General de Presupuestos de la entidad se saldó con una derrota del equipo que preside desde 2013 Óscar Bergasa frente al sector crítico que lidera el expresidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas Javier Sánchez-Simón, líder de una de las candidaturas concurrió a las últimas elecciones de noviembre de 2013. 149 votos a favor de los presupuestos para 2016 frente a 230 en contra (el Náutico tiene más de 6.000 socios) obligará a la actual directiva a prorrogar los actuales presupuestos y a gobernar el club de una manera tan precaria que de inmediato condujo a Sánchez-Simón a reclamar que se someta a una cuestión de confianza. El acto de este sábado sido el culmen de dos años de continuo hostigamiento hacia la nueva directiva protagonizado por los que en aquellas elecciones se erigieron en sucesores del dimitido presidente Juan Marrero Portugués, quien vio en la figura de Sánchez-Simón al digno sucesor que jamás levantaría las alfombras, al contrario de lo que a diario hace desde su puesto de inspector de la Agencia Tributaria. Quizás la prueba del nueve de ese hostigamiento sea la votación por la que se tumban unos presupuestos que contemplan una reducción del gasto, unos pequeños beneficios y la congelación de la cuota que pagan los socios por quinto año consecutivo. Entonces, ¿cuál puede ser el motivo de esa quiebra? Los críticos hablan de pérdida de liderazgo social y deportivo de la directiva, pero ésta entra más en cuestiones prosaicas como la desaparición o congelación de incentivos y prebendas al personal de la casa, así como un abierto enfrentamiento con la concesionaria del restaurante del club, Fradarias Alimentación, poseedora de un contrato que expira el año que viene con escasas posibilidades de renovación si Bergasa y los suyos permanecieran en el machito. Amén de la refriega generada a partir de que se dieran a conocer detalles sobre la gran vida que se pegaba la anterior directiva a cuenta de los presupuestos de la entidad. A Sánchez-Simón le secundó en las intervenciones críticas a la actual directiva el inigualable Alberto Padrón, vocal del PP en el consejo de Radiotelevisión Canaria, que hizo un discurso para la posteridad presumiendo de su condición de economista, asesor fiscal y auditor (llegó a pronunciar en voz alta su número de colegiado) para terminar pidiendo al respetable que, en consideración a sus vastos conocimientos, tumbara los presupuestos para 2016. El dilema se abre ahora: si Bergasa se somete a una cuestión de confianza o a una moción de censura con candidatura alternativa, podrían mediar hasta cuarenta días de vacío de poder. De producirse una sustitución ya en enero, los nuevos rectores sólo tendrían diez meses de gestión en un año en el que el Náutico ha de organizar dos campeonatos de vela, el europeo de la Clase Olímpica Lases y, en febrero, el Campeonato de España de Optimist. Y si se mantiene en esta situación de interinidad, el ambiente se puede convertir en irrespirable.

Santiago Negrín, flamante presidente/director general de la Radiotelevisión Canaria, tiene los días contados a tan solo seis meses de su atolondrado nombramiento diferido por el Parlamento de Canarias. Y seguramente no toda la culpa es suya: el método de elección de los miembros del consejo rector del ente, las precipitaciones de los que querían aplicar con urgencia el quítate tú pa ponerme yo, y el poder paralelo instalado fuera del Parlamento y fuera de la propia RTVC tienen mucha culpa de que todo el tinglado haya funcionado de una manera desquiciante. Los mismos partidos que pusieron en 2007 a Guillermo, Willy, García al frente de la dirección general (el PP y Coalición Canaria), con el consentimiento del PSOE, siempre ejerciendo de tonto útil, querían echarlo para que ésa fuera la primera muestra de que Paulino Rivero ya no mandaba en Canarias. Y Negrín ha aplicado tan estrictamente esos deseos que se le fue la mano por completo desde el primer día. Como elefante en cacharrería, rompió con el pasado haciendo una auténtica razia: a la calle todo el comité de dirección; sin contrato todas las productoras que surtían a la televisión pública; se acabaron las coberturas de sucesos… Que nada huela a Willy ni al Paulinato. Aleccionado por los intermediarios de las grandes y pequeñas productoras que se habían quedado fuera del reparto de programas de entretenimiento y de gestión de publicidad y de servicios informativos, convencidas de que había llegado su hora de recuperar contratos, el presidente/director general se precipitó enseguida hacia una deriva absolutamente desquiciante que muy pronto pasó factura al presidente Fernando Clavijo. Todo ello unido a una causa penal abierta en el Juzgado de Instrucción número 4 de Santa Cruz de Tenerife que amenaza seriamente con hacer temblar los pilares de la mamandurria en la que siempre estuvo metida Coalición Canaria (con el auxilio del PP y la tontuna del PSOE) para alimentar a sus amiguetes y retroalimentarse ella misma llegado el momento oportuno. Para colmo, los niveles de audiencia de la televisión se sitúan bajo mínimos sin que haya indicios de que la cosa pueda levantarse en los próximos trimestres.

Guerra mediática en Tenerife