El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Ni Seguridad ni Justicia
El discurso pronunciado este lunes por Paulino Rivero tras la toma de posesión de su nuevo gobierno tuvo el formato de los que lanzan los que, en nombre de los galardonados, hablan en las entregas de honores y distinciones. Desde José Miguel Pérez hasta Brígida Mendoza, el presidente canario fue desgranando sin papeles los retos que tienen ante sí los miembros de su Gobierno, con especial sensibilidad a la hora de hablar de su nuevo vicepresidente, José Miguel Pérez, de su mano derecha, Javier González Ortiz, consejero de Economía y Hacienda, y de consejeros como Paco Spínola, José Ramón Hernández y Margarita Ramos, nueva titular de Empleo. De todos ellos desgranó las responsabilidades que asumen en sus macro áreas, pero significativamente se saltó dos responsabilidades muy delicadas, una en manos de Spínola y la otra de González Ortiz, respectivamente. Porque Rivero no hizo la menor referencia ni a la Justicia ni a la Seguridad, aún cuando se trata de dos departamentos que, por diferentes motivos, presentan cierta conflictividad. La primera, por lo que se avecina con la nueva oficina judicial, la huelga en ciernes del personal de Justicia y la necesaria limpieza de todo tipo que hay que acometer en el departamento, con una directora general acusada por los sindicatos de prevaricar y un jefe de suministros señalado por sus históricos excesos en alquileres y alicatado de locales y adquisición de DVD a dos euros y medio la unidad. Y la segunda, porque la Guanchancha es un marrón que se habrá de merendar el PSOE para mejor proveer. Salvo que el dinero, como es de esperar, no alcance para más despilfarros.
El discurso pronunciado este lunes por Paulino Rivero tras la toma de posesión de su nuevo gobierno tuvo el formato de los que lanzan los que, en nombre de los galardonados, hablan en las entregas de honores y distinciones. Desde José Miguel Pérez hasta Brígida Mendoza, el presidente canario fue desgranando sin papeles los retos que tienen ante sí los miembros de su Gobierno, con especial sensibilidad a la hora de hablar de su nuevo vicepresidente, José Miguel Pérez, de su mano derecha, Javier González Ortiz, consejero de Economía y Hacienda, y de consejeros como Paco Spínola, José Ramón Hernández y Margarita Ramos, nueva titular de Empleo. De todos ellos desgranó las responsabilidades que asumen en sus macro áreas, pero significativamente se saltó dos responsabilidades muy delicadas, una en manos de Spínola y la otra de González Ortiz, respectivamente. Porque Rivero no hizo la menor referencia ni a la Justicia ni a la Seguridad, aún cuando se trata de dos departamentos que, por diferentes motivos, presentan cierta conflictividad. La primera, por lo que se avecina con la nueva oficina judicial, la huelga en ciernes del personal de Justicia y la necesaria limpieza de todo tipo que hay que acometer en el departamento, con una directora general acusada por los sindicatos de prevaricar y un jefe de suministros señalado por sus históricos excesos en alquileres y alicatado de locales y adquisición de DVD a dos euros y medio la unidad. Y la segunda, porque la Guanchancha es un marrón que se habrá de merendar el PSOE para mejor proveer. Salvo que el dinero, como es de esperar, no alcance para más despilfarros.