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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Silverio Hernández, alcalde de Mogán

¡Quietos! No se asusten ni respiren aliviados. Paquirrín no ha dimitido ni ha vuelto a ser detenido. El alcalde de Mogán se ha tomado unas merecidas vacaciones en lo que decide qué hacer con tanto pufo en su municipio, desde el Plan General inservible hasta los malos olores que invaden su costa, pero que sólo huelen los fisnos de los ecologistas. Por eso, porque el hombre se merece un descanso hasta que acabe el mes, quien fuera su mano derecha y ahora se ha convertido en su quebradero de cabeza, Silverio Hernández, es desde este lunes el alcalde en funciones. Imaginamos que Francisco González habrá dejado los detectores de metales activados, no vaya a ser que en ausencia del alcalde, su sustituto se decida a dirigir el Ayuntamiento en dirección contraria al rumbo fijo que marca el paquirrinato: proa al marisco. Tampoco tiene Silverio Hernández las luces suficientes como para saber hacia dónde alumbrar la salida de la crisis moganera, pero lo que sí sabe el alcalde en funciones es que le toca vivir sus últimos meses en el grupo municipal del PP. En 2011, no se espera ver su nombre en la lista electoral que encabece, vaya por Dios, nuestro Paquirrín del alma.

¡Quietos! No se asusten ni respiren aliviados. Paquirrín no ha dimitido ni ha vuelto a ser detenido. El alcalde de Mogán se ha tomado unas merecidas vacaciones en lo que decide qué hacer con tanto pufo en su municipio, desde el Plan General inservible hasta los malos olores que invaden su costa, pero que sólo huelen los fisnos de los ecologistas. Por eso, porque el hombre se merece un descanso hasta que acabe el mes, quien fuera su mano derecha y ahora se ha convertido en su quebradero de cabeza, Silverio Hernández, es desde este lunes el alcalde en funciones. Imaginamos que Francisco González habrá dejado los detectores de metales activados, no vaya a ser que en ausencia del alcalde, su sustituto se decida a dirigir el Ayuntamiento en dirección contraria al rumbo fijo que marca el paquirrinato: proa al marisco. Tampoco tiene Silverio Hernández las luces suficientes como para saber hacia dónde alumbrar la salida de la crisis moganera, pero lo que sí sabe el alcalde en funciones es que le toca vivir sus últimos meses en el grupo municipal del PP. En 2011, no se espera ver su nombre en la lista electoral que encabece, vaya por Dios, nuestro Paquirrín del alma.