El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
A Silverio se le llenó la cachimba
Fue todo uno: publicamos la dimisión de Silverio, y Paquirrín salió corriendo a desmentirnos, no fuera a ser. Asegura el alcalde que su concejal de Urbanismo se ha marchado porque desde su plaza laboral en la cementera de Arguineguín le han dicho que tiene que reincorporarse antes de su anunciado desmantelamiento, que allí tienen que estar todos juntitos para no perder derechos sociales. Sería la traslación moganera de la teoría soriana sobre lo que se pierde en política: vuelve a la cementera, Silverio, que en la gestión urbanística moganera se pierde dinero. Otros dos huevos, Groucho, haga el favor. Lo que realmente hay detrás, según fuentes mucho más discretas, es que al ex concejal se le llenó del todo la cachimba al recibir críticas de todas partes por el pufo del nuevo Plan General del municipio, tumbado con rayos y centellas por el Gobierno de Canarias por no servir ni para colocar en el suelo de las jaulas de los pájaros canarios. Y de los periquitos, animal de compañía donde los haya. Pero no es el único caldero que se le rebosa a nuestro Paquirrín, porque dos concejalas noveles, llegadas inmaculadas al Ayuntamiento tras Góndola, empiezan a mostrar preocupantes síntomas de hartazgo. Se llaman Gemma Vanessa Sabina Déniz, de Cultura, y Carmen Navarro Cazorla, de Hacienda, Recursos Humanos y Contratación. Y no queremos recordar al alcalde de Mogán qué fue de aquellas dos concejalas del PP que se marcharon cabreadas y se sentaron ante la Policía a contar lo que pasaba en el Ayuntamiento.
Fue todo uno: publicamos la dimisión de Silverio, y Paquirrín salió corriendo a desmentirnos, no fuera a ser. Asegura el alcalde que su concejal de Urbanismo se ha marchado porque desde su plaza laboral en la cementera de Arguineguín le han dicho que tiene que reincorporarse antes de su anunciado desmantelamiento, que allí tienen que estar todos juntitos para no perder derechos sociales. Sería la traslación moganera de la teoría soriana sobre lo que se pierde en política: vuelve a la cementera, Silverio, que en la gestión urbanística moganera se pierde dinero. Otros dos huevos, Groucho, haga el favor. Lo que realmente hay detrás, según fuentes mucho más discretas, es que al ex concejal se le llenó del todo la cachimba al recibir críticas de todas partes por el pufo del nuevo Plan General del municipio, tumbado con rayos y centellas por el Gobierno de Canarias por no servir ni para colocar en el suelo de las jaulas de los pájaros canarios. Y de los periquitos, animal de compañía donde los haya. Pero no es el único caldero que se le rebosa a nuestro Paquirrín, porque dos concejalas noveles, llegadas inmaculadas al Ayuntamiento tras Góndola, empiezan a mostrar preocupantes síntomas de hartazgo. Se llaman Gemma Vanessa Sabina Déniz, de Cultura, y Carmen Navarro Cazorla, de Hacienda, Recursos Humanos y Contratación. Y no queremos recordar al alcalde de Mogán qué fue de aquellas dos concejalas del PP que se marcharon cabreadas y se sentaron ante la Policía a contar lo que pasaba en el Ayuntamiento.