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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Solano se queda sin Rabat

Tendrá que resignarse y quedarse un tiempito más entre nosotros. El jefe superior de Policía de Canarias, Valentín Solano, ha visto denegada su solicitud de traslado como agregado de seguridad a la embajada de España en Rabat. La superioridad policial española no la aceptó por existir alguna que otra de mayor influencia ante el director adjunto operativo (DAO). Fuentes conocedoras de los trámites han indicado que causó sorpresa conocer la petición de Solano, no porque no la pueda merecer el hombre, sino porque la tramitó de manera tan natural que cuando fue recibida en Madrid se respondió con petición normalizada de información sobre el solicitante a la mismísima Supercomisaría. La plaza de Rabat, como la de cualquier embajada en el exterior, está muy demandada por los comisarios principales del Cuerpo Nacional de Policía. Están muy bien dotadas económicamente, con un salario mensual de 12.000 euros, y con unas responsabilidades operativas mucho más llevaderas que la de cualquier jefe superior, y muy alejadas desde luego de las inclemencias a las que, por ejemplo, Solano ha tenido que someterse desde que se hizo residente en Canarias. Hay, por lo tanto, cachetadas para alcanzar una plaza así, y el jefe superior isleño no meneó convenientemente sus hilos para conseguirla. Aunque lo hubiera hecho, apuntan nuestras fuentes, sus opciones eran mínimas ante las influencias que se movían en las alturas. Así que volvemos a dar la bienvenida a Valentín Solano en la confianza de que mejore su calidad de vida profesional entre nosotros.

Tendrá que resignarse y quedarse un tiempito más entre nosotros. El jefe superior de Policía de Canarias, Valentín Solano, ha visto denegada su solicitud de traslado como agregado de seguridad a la embajada de España en Rabat. La superioridad policial española no la aceptó por existir alguna que otra de mayor influencia ante el director adjunto operativo (DAO). Fuentes conocedoras de los trámites han indicado que causó sorpresa conocer la petición de Solano, no porque no la pueda merecer el hombre, sino porque la tramitó de manera tan natural que cuando fue recibida en Madrid se respondió con petición normalizada de información sobre el solicitante a la mismísima Supercomisaría. La plaza de Rabat, como la de cualquier embajada en el exterior, está muy demandada por los comisarios principales del Cuerpo Nacional de Policía. Están muy bien dotadas económicamente, con un salario mensual de 12.000 euros, y con unas responsabilidades operativas mucho más llevaderas que la de cualquier jefe superior, y muy alejadas desde luego de las inclemencias a las que, por ejemplo, Solano ha tenido que someterse desde que se hizo residente en Canarias. Hay, por lo tanto, cachetadas para alcanzar una plaza así, y el jefe superior isleño no meneó convenientemente sus hilos para conseguirla. Aunque lo hubiera hecho, apuntan nuestras fuentes, sus opciones eran mínimas ante las influencias que se movían en las alturas. Así que volvemos a dar la bienvenida a Valentín Solano en la confianza de que mejore su calidad de vida profesional entre nosotros.