El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El día que siempre eligen para el DIA
Nada es casual estando José Manuel Soria por medio. Y a las pruebas nos remitimos siempre. Los dos últimos acontecimientos relacionados con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de los sondeos de Repsol en Canarias han sido presentados ante la opinión pública en dos momentos bien señalados. Su aprobación por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (el famoso Magrama), la víspera del Día de Canarias, y su publicación en el BOE, el mismo día en que el Tribunal Supremo comenzaba sus deliberaciones sobre los siete recursos presentados contra las prospecciones. Insistimos, nada es casual. La elección de la primera fecha cayó como una bomba en Canarias y provocó una reacción política monumental que, acto seguido, dio lugar a las multitudinarias manifestaciones del pasado sábado. La publicación en el BOE ha resultado menos traumática porque llueve sobre mojado y porque, naturalmente, es consecuencia de la primera acción administrativa. Pero la interpretación inmediata de las autoridades canarias ha sido la de que se trata de ejercer presión sobre los magistrados del Supremo para que no se esfuercen mucho, que la cosa ya va caminando en el sentido que marca este Gobierno y su consejero de Industria.
Bento y Manrique, estrellas televisivas
Ha calado de manera extraordinaria la experiencia de Pablo Iglesias al frente de Podemos, y la amplia proyección mediática que tuvo previamente gracias a su intervención en programas de radio y, sobre todo, de televisión. Pero no es el líder emergente el inventor de esa estrategia. Ya la puso en práctica, como hemos relatado aquí en diversas ocasiones, el presidente del PP canario, José Manuel Soria, que se dedicó durante años a comprar espacios televisivos de implantación nacional para lucir palmito y darse a conocer en la política metropolitana. Sabedor de los buenos resultados que eso produce, el señor ministro ha puesto especial empeño en que sus dos elegidos para la gloria en las próximas elecciones pisen platós nacionales. El pasado 4 de junio se estrenaba en Los Desayunos de Televisión Española la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, que acudía a hablar de asuntos que nada tienen que ver con sus competencias. Hizo una faena de aliño, sin especial brillo en ninguna de sus respuestas, pero habló de las elecciones europeas, de la monarquía (“el príncipe es muy sensible con Canarias, estuvo cuando el volcán de El Hierro y recientemente inaugurando el Palmetun”), y por supuesto, del petróleo (“me da lástima que esa sea la noticia por la que estamos hablando aquí”. “Oiga”, le pregunta uno de los periodistas presentes, “¿y tiene el PP algún plan específico contra el paro en Canarias”, a lo que la señora Bento responde: “A mí me viene muy bien esa pregunta: tenemos una riqueza a 60 kilómetros de nuestras costas, en aguas españolas, ¿eh? (…) y esa podría ser una gran oportunidad”.
Agustín Manrique, en La Noche 24 horas
Antes de que Bento acudiera a Los Desayunos de TVE, ya lo había hecho días antes su mentor, José Manuel Soria, y fue durante esa visita a Torrespaña cuando pidió a los responsables del programa que llamaran a la delegada del Gobierno, “que les va a encantar”. Y así lo hicieron, porque ya se sabe que en RTVE impera desde que llegó el PP el criterio puramente periodístico que conduce a llevar al programa a personalidades de la vida política que apenas tienen nada que decir más allá de los mensajes recurrentes que el partido envía cada mañana por correo electrónico. Pero a Soria y a Bento sucedió esta pasada noche el presidente de la patronal de la provincia de Las Palmas, Agustín Manrique de Lara, uno de los mirlos blancos que Soria mima para alimentar lo que él considera renovación en sus próximas listas electorales. Manrique de Lara no ha abierto la boca para decir qué futuro le aguarda en la política, pero todo el mundo da por hecho que irá al Parlamento de Canarias para poder compatibilizar sus tareas políticas con la dirección de la Confederación Canaria de Empresarios, donde también le colocó Su Excelencia. O irá al Gobierno, si se dieran las circunstancias de un probable pacto con la Coalición Canaria que presida para entonces otro que no sea Paulino Rivero, porque ese no quiere saber nada del PP desde ahora a unos cuantos años más. ¿Y Bento? La señora delegada también tiene un lugar de honor reservado en las próximas candidaturas, ya lo verán. Y atentos, que el desfile de canarios por las cámaras de la tele pública no se va a detener aquí.
Hierve la destitución de Pedro Martínez
La directiva del Club Baloncesto Gran Canaria, o sea, Lucas Bravo de Laguna, decidió este martes despedir a su entrenador, Pedro Martínez, con agradecimiento expreso de los servicios prestados, como es norma en cada visita del motorista portador del decreto de cese. Los motivos oficiales son el deseo de “iniciar un nuevo proyecto deportivo”, distinto, por lo que parece, a las cinco campañas que ha protagonizado el depuesto técnico, calificadas como exitosas por todos los expertos. El despido dio paso, casi de inmediato, a un hervor en las redes sociales, donde se corrió la suerte de que la verdadera razón eran unos tuits que Martínez había incluido en su cuenta en esa red social, divulgando los de formaciones políticas como Podemos y las opiniones de otros tuiteros con duras críticas a la casta y al Partido Popular, al que pertenece, como saben, el presidente in péctore del club, el muy mentado Bravo de Laguna. No tenemos ni una sola prueba que acredite que esa fuera la razón del cese de relaciones contractuales, por mucho que demos por sentado que a Lucas Bravo no habrán hecho puñetera gracia esos comentarios. Sí se sabe que desde principios de año se viene diseñando en esa entidad un proyecto que pasa por intentar ganar a los grandes de la ACB, esto es, Unicaja, Real Madrid y Barcelona, con presupuestos que doblan y hasta quintuplican los propios. Los contactos con Aíto García Reneses están muy avanzados, lo que conduce automáticamente a concluir que alguien está estudiando incrementar en unos cuantos millones los casi 6 de presupuesto con los que cuenta el Granca. Pedro Martínez, es cierto, no se ha caracterizado nunca por ser un ser humano de trato fácil, ni para algunos jugadores, ni para algunos periodistas ni, por supuesto, para algunos directivos y/o políticos. Su sueldo, siendo elevado (300.000 euros al año), siempre será menor que el de García Reneses, pero a su favor cuenta no sólo el palmarés, sino también su renuncia a un contrato de un millón de euros que le ofreció en su día el Madrid para elegir quedarse en Gran Canaria.
Qué estarán tramando
Los seguidores del basket tienen algunas teorías muy suculentas sobre el paso dado este martes por el Herbalife Gran Canaria (que así se llama comercialmente el equipo). Consideran que el proyecto de Martínez está agotado por pura definición: partiendo de la consideración de que un equipo con 5,8 millones no podrá ganar nunca a otros de 12, 27 y 30, como son los tres grandes de la ACB, el conformismo se convierte en recurrente. Y eso quema a los más ambiciosos del palco. Quieren un club competitivo, que les haga soñar con ganar la liga, con codearse de tú a tú con Florentino o Bartomeu… y, sobre todo, anhelan una gloria deportiva que se pueda traducir en votos en las urnas llegado el momento procesal oportuno. Si se confirmara el fichaje de García Reneses, podríamos estar hablando de una nueva dimensión, tanto en lo que respecta a presupuesto como a nuevo modelo de gestión de la base. Porque Aíto tiene fama de ser descubridor de estrellas, y Bravo de Laguna y su directiva, de quejosos precisamente de la política para con las nuevas promesas. Pero todo proyecto ambicioso en el adinerado mundo del deporte supone tirar de talonario. Y cuando el talonario es de dinero público, la cosa se complica una barbaridad. Veremos cómo lo plantean.
Revista de prensa: La Lora, pesadilla tras el sueño petrolero
Acercamos hoy a nuestros lectores, con ese afán nuestro de orientales en medio de esta mar gruesa con áreas de fuerte marejada, una historia que muy bien podría asemejarse a la de Canarias dentro de 50 años. Imagínense ustedes que Repsol encuentra petróleo, que lo extrae, que Soria acaba de consejero delegado de la compañía y que al final ni fue lo que se esperaba de los yacimientos ni dieron para reducir la dependencia energética o para sacar a Canarias de su emergencia Defcon2. Todo ello, claro, sin más accidentes que los normales en las explotaciones de Repsol, un par de ellos al año. El veterano periódico El Norte de Castilla, con sede en Valladolid, publicó este lunes un magnífico reportaje acerca del municipio de Sargentes de La Lora (Burgos) en el que se relata lo que ha pasado medio siglo después de que en aquellos pagos se descubriera petróleo y el pueblo pasara a ser conocido como “el Texas español”. Del pozo Ayoluengo 1 manaron de repente 6.000 litros de crudo que invadieron un cultivo y animaron a todos los parroquianos a dedicarse a esa promesa de sacar de allí (lo mismo que se dice ahora de Canarias) el 10% de la demanda nacional de crudo. Aquel pozo pronto se transformó en otros 51 “repartidos por la zona y que dejaban ver en lontananza un paisaje fantasmagórico de caballitos de metal que metían el hocico en la tierra y bombeaban el crudo”. 50 años después de aquel 6 de junio de 1964, sólo queda una docena de perforaciones; los 500 puestos de trabajo que se crearon se reducen ahora casi a la nada; de los 300 habitantes del pueblo, ahora sólo quedan 70, y nada hubo jamás de la reducción de la dependencia energética ni de un futuro mejor. Los 200 barriles que se extraen al día son de un crudo de pésima calidad y al pueblo sólo le consuela con lo que pueda dar de sí un museo del petróleo que están a punto de abrir. “Será el último cartucho que nos gastemos en el Ayuntamiento”, sentencia su alcalde, Leoncio Ruiz, uno de los ex trabajadores del emporio que nunca fue.
Una cotorra desde Almería
El otro artículo periodístico (por llamarlo de alguna manera) que traemos hoy a nuestra revista de prensa lo hemos encontrado en Noticias de Almería, y lo firma un afamado periodista que presume de conocer mucho de Canarias (trabajó en el Diario de Avisos), de política (trabajó en El Alcázar) y de Sucesos (trabaja en El Caso). Su conocimiento de Canarias le movió a publicar esta semana una pieza memorable cuyo título ya invita a leerlo: “Caciques canarios”. Su tesis no es, sin embargo, la de desenmascarar con nombres y apellidos a los oligarcas que al señor Abad y a otros muchos preocupan, sino la de que ésta es una tierra de gandules que sólo trabajamos cuando emigramos para luego estallarnos la pasta que ganamos fuera en “coches de importación a precios de ganga” mientras los pobres peninsulares “nos teníamos que conformar con Seat, Ranault, Simca…” Sostiene Abad que pagamos la gasolina “un cuarenta por ciento más barato” y que llamamos “godo hediondo al peninsular que es destinado” a nuestras ciudades, y que provocamos peleas en los bares insultándolos y propinándoles “el llamado morrón, que es un golpe traicionero en la frente del oponente que lo deja K.O.” Para que se hagan una idea de lo mucho que Joaquín Abad conoce Canarias. Pero cuando ya se decide a entrar en el fondo de la cuestión, los caciques canarios, el periodista pone como ejemplo el accidente de los dos Jumbos en Los Rodeos (por cierto, escribe Yumbo, confundiendo el avión con el centro comercial de ambiente de Playa del Inglés), para afirmar que se pudo evitar la tragedia si hubiera estado abierto el aeropuerto Reina Sofía, “que llevaba años terminado y no se inauguraba por presiones de los caciques del norte, del Puerto de Santa Cruz (sic), que querían evitar que el turismo se desplazara al sur, donde ellos no tenían infraestructura hotelera”. Y, tras esta sarta de patrañas, el núcleo y el desenlace: “Si ahora los políticos están contra las prospecciones petrolíferas, será porque los caciques buscan alguna contrapartida que les haga aún más ricos. Porque unas islas que no producen más que plátanos a precios no competitivos y turismo, que todo tiene que ser importado, no debería quejarse de tener una industria petrolífera que diera trabajo a miles de canarios y creciera su actividad portuaria e industrial, dando servicio a las torres de prospección”. Debemos dar gracias al supremo creador de que el PP canario no conozca todavía a este ocurrente ideólogo.
Nada es casual estando José Manuel Soria por medio. Y a las pruebas nos remitimos siempre. Los dos últimos acontecimientos relacionados con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de los sondeos de Repsol en Canarias han sido presentados ante la opinión pública en dos momentos bien señalados. Su aprobación por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (el famoso Magrama), la víspera del Día de Canarias, y su publicación en el BOE, el mismo día en que el Tribunal Supremo comenzaba sus deliberaciones sobre los siete recursos presentados contra las prospecciones. Insistimos, nada es casual. La elección de la primera fecha cayó como una bomba en Canarias y provocó una reacción política monumental que, acto seguido, dio lugar a las multitudinarias manifestaciones del pasado sábado. La publicación en el BOE ha resultado menos traumática porque llueve sobre mojado y porque, naturalmente, es consecuencia de la primera acción administrativa. Pero la interpretación inmediata de las autoridades canarias ha sido la de que se trata de ejercer presión sobre los magistrados del Supremo para que no se esfuercen mucho, que la cosa ya va caminando en el sentido que marca este Gobierno y su consejero de Industria.