El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Soria ya sabe lo que es una mina y un incendio
Ser ministro es una experiencia enriquecedora, por emplear el mismo término que José Manuel Soria utilizó cuando abandonó la presidencia del Cabildo de Gran Canaria en 2007. Este lunes ha tenido que viajar a León con motivo del accidente que costó la vida a seis mineros por un escape de gas. Se acercó lo estrictamente necesario para evitar en lo posible tener que encararse con un sector que está en pie de guerra contra el Gobierno por su política minera, que condujo a multitudinarias manifestaciones e incluso a alguna salida de tono de algún alcalde del PP que profirió grave insultos contra el ministro y, de paso, contra los canarios (siempre nos toca alguna torta de las que se rifan). Preguntado este lunes por qué no había viajado anteriormente hasta las zonas mineras del norte de España antes de diseñar las políticas que le han supuesto un duro desgaste, Soria contestó que le bastaba la información de los técnicos, los mismos que le deben haber explicado cómo es una mina por dentro y el peligro al que, a pesar de las medidas de seguridad, corren los profesionales que bajan a ella. Un par de días antes Soria tuvo otra experiencia enriquecedora, la de acercarse a la cumbre de Gran Canaria para conocer los efectos del reciente incendio forestal desatado allí el jueves pasado. Junto al presidente del Cabildo, al que humilló en público instándole a que desbloquee ya la construcción de un teleférico entre el Roque Nublo y Tejeda, el ministro insinuó que, a lo mejor, habrá ayudas para reparar los daños. No hizo lo mismo en 2005, cuando el terrible incendio que provocó incluso que visitara la zona afectada el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que fue cumplimentado para la ocasión por Juan José Cardona, a la sazón presidente del Patronato de Turismo de Gran Canaria. Las hemerotecas guardan para la eternidad la valoración que el hoy ministro hizo entonces de la visita de Zapatero: “Yo no me presto a esas fotos electoralistas”. En realidad el entonces presidente del Cabildo no podía estar en la cumbre con el presidente del Gobierno porque en aquel preciso momento salía de su apartamento en Anfi del Mar para acudir al aeropuerto de Gran Canaria, donde tomaría el jet privado del empresario noruego Björ Lyng para viajar a un concierto en Salzburgo y a pescar salmón en Trodheim. Experiencias enriquecedoras todas ellas, sin duda.
Ser ministro es una experiencia enriquecedora, por emplear el mismo término que José Manuel Soria utilizó cuando abandonó la presidencia del Cabildo de Gran Canaria en 2007. Este lunes ha tenido que viajar a León con motivo del accidente que costó la vida a seis mineros por un escape de gas. Se acercó lo estrictamente necesario para evitar en lo posible tener que encararse con un sector que está en pie de guerra contra el Gobierno por su política minera, que condujo a multitudinarias manifestaciones e incluso a alguna salida de tono de algún alcalde del PP que profirió grave insultos contra el ministro y, de paso, contra los canarios (siempre nos toca alguna torta de las que se rifan). Preguntado este lunes por qué no había viajado anteriormente hasta las zonas mineras del norte de España antes de diseñar las políticas que le han supuesto un duro desgaste, Soria contestó que le bastaba la información de los técnicos, los mismos que le deben haber explicado cómo es una mina por dentro y el peligro al que, a pesar de las medidas de seguridad, corren los profesionales que bajan a ella. Un par de días antes Soria tuvo otra experiencia enriquecedora, la de acercarse a la cumbre de Gran Canaria para conocer los efectos del reciente incendio forestal desatado allí el jueves pasado. Junto al presidente del Cabildo, al que humilló en público instándole a que desbloquee ya la construcción de un teleférico entre el Roque Nublo y Tejeda, el ministro insinuó que, a lo mejor, habrá ayudas para reparar los daños. No hizo lo mismo en 2005, cuando el terrible incendio que provocó incluso que visitara la zona afectada el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que fue cumplimentado para la ocasión por Juan José Cardona, a la sazón presidente del Patronato de Turismo de Gran Canaria. Las hemerotecas guardan para la eternidad la valoración que el hoy ministro hizo entonces de la visita de Zapatero: “Yo no me presto a esas fotos electoralistas”. En realidad el entonces presidente del Cabildo no podía estar en la cumbre con el presidente del Gobierno porque en aquel preciso momento salía de su apartamento en Anfi del Mar para acudir al aeropuerto de Gran Canaria, donde tomaría el jet privado del empresario noruego Björ Lyng para viajar a un concierto en Salzburgo y a pescar salmón en Trodheim. Experiencias enriquecedoras todas ellas, sin duda.