Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

Soria veta a Larry (y Bravo se la envaina)

Tampoco parece haber aprendido Bravo de Laguna, a pesar de su amplia trayectoria en la política democrática, que hay trances por los que no tiene la necesidad de pasar, por mucho que le atraiga volver al machito. Soria le ha prohibido taxativamente que recupere a Larry Álvarez, con quien el líder del PP canario mantiene una ruptura muy a su estilo, y Bravo de Laguna se ha tenido que envainar. Quien fuera mano derecha de Soria, implacable ejecutor de sus más totalitarias decisiones, su báculo, cómplice y compadre, no podrá ir en la lista del PP al Cabildo, contrariamente a lo que el presidente de los conservadores sí ha permitido con Carmen Guerra, otra de sus contestatarias, que irá de cinco con Juanjo Cardona al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. La señora Guerra dice que quiere volver a su distrito, Tamaraceite, del que quizás nunca debió haber salido, y Soria ha bendecido sus deseos. No así con Larry, que tendrá que esperar a ver si Bravo logra gobernar para nombrarlo director de Gobierno del Cabildo en aplicación de la Ley de Grandes Ciudades, aprobada por Aznar, que es la que permite tantos cargos no electos que parecen no gustar a Bravo.

Tampoco parece haber aprendido Bravo de Laguna, a pesar de su amplia trayectoria en la política democrática, que hay trances por los que no tiene la necesidad de pasar, por mucho que le atraiga volver al machito. Soria le ha prohibido taxativamente que recupere a Larry Álvarez, con quien el líder del PP canario mantiene una ruptura muy a su estilo, y Bravo de Laguna se ha tenido que envainar. Quien fuera mano derecha de Soria, implacable ejecutor de sus más totalitarias decisiones, su báculo, cómplice y compadre, no podrá ir en la lista del PP al Cabildo, contrariamente a lo que el presidente de los conservadores sí ha permitido con Carmen Guerra, otra de sus contestatarias, que irá de cinco con Juanjo Cardona al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. La señora Guerra dice que quiere volver a su distrito, Tamaraceite, del que quizás nunca debió haber salido, y Soria ha bendecido sus deseos. No así con Larry, que tendrá que esperar a ver si Bravo logra gobernar para nombrarlo director de Gobierno del Cabildo en aplicación de la Ley de Grandes Ciudades, aprobada por Aznar, que es la que permite tantos cargos no electos que parecen no gustar a Bravo.