El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Una sucesión de indecencias
Continúa el magistrado Villegas, titular de Instrucción 3 de Guadalajara, con su amable semblanza de los alocados tiempos de Eligio Hernández, cuando el PP lo ponía a parir un día sí y el otro también: “Eligio Hernández anunció su intención de oponerse a las querellas infundadas contra los políticos, como una idea regeneracionista para dignificar la labor de los representantes del pueblo español (El País, 17-IX-1992). Reconoció haberse entrevistado con algún policía condenado por terrorismo de estado; más aun, calificó dicha reunión de ”cordialísima“, al tiempo que insistía en que era su obligación atender, en su calidad de Fiscal General, a todos los ciudadanos que lo necesitaran (El País, 18-VI-1993). Motejó de ”inquisición global“ la instrucción de Marino Barbero (El País, 29-VI-1993); también admitió haber impartido ”sugerencias“ a los fiscales encargados del caso Filesa (El País, 26-XI-1993). Se mostró comprensivo con el uso, en determinados casos, de los fondos reservados para abonar sobresueldos a los empleados del Ministerio de Interior (El País, 27-III-1994). Y, finalmente, confesó su impotencia para investigar Luis Roldán con unas palabras que revelan la sencillez rural de aquel Pollo del Pinar: ”En el caso Roldán no puedo actuar aunque quiera“ (El País, 16-II-1994). Acabó dimitiendo el 27 de mayo del año 1994. El periódico El País, en su editorial, calificó su pasada trayectoria de ”rayana en el servilismo“. Finalmente, el Tribunal Supremo calificaría de ilegal su nombramiento, pronunciamiento sin efectos prácticos, al haber cesado ya en su mandato”. Felicitamos a José Manuel Soria por la elección de tan docto asesor.
Continúa el magistrado Villegas, titular de Instrucción 3 de Guadalajara, con su amable semblanza de los alocados tiempos de Eligio Hernández, cuando el PP lo ponía a parir un día sí y el otro también: “Eligio Hernández anunció su intención de oponerse a las querellas infundadas contra los políticos, como una idea regeneracionista para dignificar la labor de los representantes del pueblo español (El País, 17-IX-1992). Reconoció haberse entrevistado con algún policía condenado por terrorismo de estado; más aun, calificó dicha reunión de ”cordialísima“, al tiempo que insistía en que era su obligación atender, en su calidad de Fiscal General, a todos los ciudadanos que lo necesitaran (El País, 18-VI-1993). Motejó de ”inquisición global“ la instrucción de Marino Barbero (El País, 29-VI-1993); también admitió haber impartido ”sugerencias“ a los fiscales encargados del caso Filesa (El País, 26-XI-1993). Se mostró comprensivo con el uso, en determinados casos, de los fondos reservados para abonar sobresueldos a los empleados del Ministerio de Interior (El País, 27-III-1994). Y, finalmente, confesó su impotencia para investigar Luis Roldán con unas palabras que revelan la sencillez rural de aquel Pollo del Pinar: ”En el caso Roldán no puedo actuar aunque quiera“ (El País, 16-II-1994). Acabó dimitiendo el 27 de mayo del año 1994. El periódico El País, en su editorial, calificó su pasada trayectoria de ”rayana en el servilismo“. Finalmente, el Tribunal Supremo calificaría de ilegal su nombramiento, pronunciamiento sin efectos prácticos, al haber cesado ya en su mandato”. Felicitamos a José Manuel Soria por la elección de tan docto asesor.