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La que suena es Australia Navarro

No hay manera, oye, de que el Partido Popular enseñe la patita y muestre al pueblo canario afligido quién será el candidato o la candidata que tomará el báculo para conducirlo hacia nuevas tierras de promisión. No dio este lunes ni una sola pista al respecto el presidente regional y ministro de Repsol, José Manuel Soria, que en su enésima visita a Los Desayunos de TVE, donde están a punto ya de darle una placa, se descolgó con lo que él cree que es una genialidad pero que en realidad es una soplapollez: “Estaré encantado de ir allí donde me mande mi partido y el presidente del Gobierno”. Ni se descarta ni se deja de descartar, pero es evidente que tras tocar las mieles del poder nacional, difícilmente este sujeto querrá batirse el cobre en Canarias con unas expectativas electorales que lo alejarán nuevamente del triunfo. También hemos de empezar a descartar ya a los hermanos Bento, él y ella, por mucho que en las últimas semanas el nombre de Enrique se haya situado en posiciones privilegiadas tras escuchársele decir algo parecido a lo que dice su mentor. Del pobre Asier Antona no es que se le descarte para tan elevada empresa, es que no se le nombra para nada de nada, lo que tiene que ser una mortificación siendo como es el secretario general, esto es, el número dos del PP en Canarias. Así las cosas, de repente este lunes sonó con muchísima fuerza el nombre de María Australia Navarro de Paz, actual portavoz parlamentaria, que lleva en esto de la política sus quince añitos ya guardando de manera magistral el equilibrio que se exige a los altos cargos del PP canario sin haber resbalado más veces de las políticamente aconsejables. Que no haya podido contener la expresión de euforia al ser preguntada por la cuestión es –a falta de signos más evidentes de democracia interna- lo único que de momento tenemos para colocar a esta luchadora, abogada de profesión, en la lista de los elegidos.

Poseedora de la Raimunda

María Australia Navarro atesora una vida política de perfil medio, es decir, el estándar en un partido donde no conviene destacar mucho por el evidente riesgo de decapitación. Si por ella y por su carácter fuera, se significaría mucho más, y de hecho lo hace de manera demasiadas veces estruendosa durante los plenos del Parlamento canario, donde ejerce de portavoz, con un tono y unos contenidos que en demasiadas ocasiones desafinan un poquitín. Pero son los tonos y las maneras que gustan esta temporada en el PP después de que ese hombre tranquilo y ninguneado que es Asier Antona elevara su voz en dos octavas desde el primer día que se subió a la tribuna y se creyó Eligio Hernández (con perdón). Ha sido senadora de España (y olé), varias veces diputada, viceconsejera y consejera del Gobierno, en concreto de Presidencia y Justicia, cargo desde el que puso por escrito, con firma y rúbrica, que la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria estaría operativa en 2007 y sólo tardó siete años más. Producto de ese innegable mérito político, se auto-propuso candidata a la imposición de la medalla de San Raimundo de Peñafort, que finalmente le fue concedida por todos esos atributos que todo el mundo –excepto nosotros- le reconocen. De confirmarse su candidatura a la Presidencia de Canarias sería la segunda mujer con opciones junto a la socialista Patricia Hernández, y a falta de quien designe Podemos, completará la parrilla de salida junto a Fernando Clavijo y Román Rodríguez. De todos ellos éste era sin duda el que más contento estaba este lunes con estos presuntos posibles de María Australia Navarro. No logramos adivinar por qué.

El pretendido Antonio Morales

Por cierto, hablando de Nueva Canarias. Este lunes volvió a haber Ejecutiva del partido de Román Rodríguez (sabor, en el argot) y volvió a hablarse de acercamientos a Podemos por la vía del activista social Juanma Brito. Pero no para profundizar en esas hipotéticas relaciones e influir en esa organización para que Brito pueda hacerse con la secretaría general de Gran Canaria. No, de lo que se habló fue de tener cuidado con las filtraciones no vaya a ser que se enteren los del Canarias Ahora y se pongan a preguntar por qué es lo que está pasando. Oficialmente, insistimos, no hay nada, sencillamente porque no está cerrada del todo la candidatura de Antonio Morales al Cabildo de Gran Canaria porque éste habrá de aceptar las condiciones que le ponga Román Rodríguez y las que, en paralelo, decida su propia organización, Roque Aguayro, con lo que ya nos contarán el lío que puede montarse con un tercer actor en escena. Es verdad que a Morales lo han ido muchos a ver en peregrinación y que se trata de un cartel nítido que bien podría ir por Podemos o por cualquier formación progresista, nacionalista o no nacionalista. Y que podría ser presidente de amplio consenso si, con los actuales números en la mano, Nueva Canarias suma lo suficiente con el PSOE para incorporar luego a otras formaciones con presencia en la Corporación, caso de Podemos, y dejar en la oposición al PP de Bravo de Laguna. La noticia es que sigue siendo un político muy admirado y pretendido, y que dará el salto al Cabildo.

Zerolo amenaza con querella

Y en Coalición, ¿cómo van las cosas? Muy bien, gracias. Fernando Clavijo ha cedido un poco de protagonismo a los escándalos que protagonizan sus compañeritos, lo cual le viene muy bien para que el respetable compruebe que lo suyo de él son auténticas zarandajas. Miguel Zerolo ha copado el interés político y empresarial del fin de semana a raíz de la noticia de Canarias Ahora de que se compra el Diario de Avisos y Teide Radio para convertirse en nuestro particular ciudadano Kane, pero sin trineo. Que contáramos la historia no gustó en determinados despachos a los que, sin pretenderlo, of course, pusimos en algún que otro aprieto. Desagradó particularmente que hayamos metido a Zerolo en el fregado porque lo único que se pretendía que trascendiera era la operación de compra-venta por parte de Lucas Fernández sin más razones que las suyas de él para tener un periódico con el que conseguir contratos audiovisuales en la nueva era televisiva que ahora comienza. Poco creíble, como mínimo. Al ex alcalde de Santa Cruz tampoco le gustó verse en los papeles ahora que su único pecado es ser un penado por la justicia pendiente de otra pena más que, de buenas a primeras, le puede ratificar como delincuente. Así que, a través de un portavoz que hasta ahora no teníamos por autorizado, nos ha enviado el recadito de que nos va a meter una querella que nos vamos a enterar. Cuando sepamos por qué delitos (de-litos) vendremos corriendo aquí a contarlos. Nada nos apetece más que pisar juzgados junto a un reputado cicerone como este.

Correr por encima de nuestras posibilidades

La pelotera que la Gran Canaria Maratón formó en Las Palmas de Gran Canaria este domingo fue de tararí y no echar gota. Desde el viernes por la tarde ya se estaban retirando coches y poniendo cintas policiales para avisar al sufrido vecino que se nos venía encima una de esas carreras populares que en realidad no son tan populares y que cuestan un ojo de la cara y la yema del otro para regocijo de unos pocos miles de aficionados y el álbum de foto del político de turno. El de siempre, vamos. La unanimidad de los medios informativos sobre “el exitazo” de la carrera se quebró como siempre en las redes sociales, donde reputados corredores criticaron sin ambages la organización de la prueba, que cuesta la friolera de 900.000 euros, de los que 300.000 son teóricamente de procedencia pública, sin contar el pastizal que cuestan las horas extraordinarias de policías locales, la movilización de otros cuerpos (Cruz Roja, Protección Civil) y la pérdida de recaudación de Guaguas Municipales, por poner solamente algunos ejemplos. La clamorosa ausencia de público demuestra a las claras que estamos ante el empeño de unos pocos de hacer un gran negocio a costa de la vanidad de un par de políticos aprovechando que esto de correr (running) está de moda en todo el mundo y nosotros no íbamos a ser menos. Lucas Bravo de Laguna, consejero de Deportes y Boberías del Cabildo, tuvo sus fotografías, incluida la del pistolezado de salida, que ni siquiera tuvo la gentileza de ceder a la madrina de la prueba, que costó su dinerito traerla. Y hasta le sobró tiempo para pelotear con su hijo y otro colgadera por el parqué del Gran Canaria Arena tras el partido contra el Madrid en una demostración más de que sigue creyendo que esto es su cortijo.

No hay manera, oye, de que el Partido Popular enseñe la patita y muestre al pueblo canario afligido quién será el candidato o la candidata que tomará el báculo para conducirlo hacia nuevas tierras de promisión. No dio este lunes ni una sola pista al respecto el presidente regional y ministro de Repsol, José Manuel Soria, que en su enésima visita a Los Desayunos de TVE, donde están a punto ya de darle una placa, se descolgó con lo que él cree que es una genialidad pero que en realidad es una soplapollez: “Estaré encantado de ir allí donde me mande mi partido y el presidente del Gobierno”. Ni se descarta ni se deja de descartar, pero es evidente que tras tocar las mieles del poder nacional, difícilmente este sujeto querrá batirse el cobre en Canarias con unas expectativas electorales que lo alejarán nuevamente del triunfo. También hemos de empezar a descartar ya a los hermanos Bento, él y ella, por mucho que en las últimas semanas el nombre de Enrique se haya situado en posiciones privilegiadas tras escuchársele decir algo parecido a lo que dice su mentor. Del pobre Asier Antona no es que se le descarte para tan elevada empresa, es que no se le nombra para nada de nada, lo que tiene que ser una mortificación siendo como es el secretario general, esto es, el número dos del PP en Canarias. Así las cosas, de repente este lunes sonó con muchísima fuerza el nombre de María Australia Navarro de Paz, actual portavoz parlamentaria, que lleva en esto de la política sus quince añitos ya guardando de manera magistral el equilibrio que se exige a los altos cargos del PP canario sin haber resbalado más veces de las políticamente aconsejables. Que no haya podido contener la expresión de euforia al ser preguntada por la cuestión es –a falta de signos más evidentes de democracia interna- lo único que de momento tenemos para colocar a esta luchadora, abogada de profesión, en la lista de los elegidos.

Poseedora de la Raimunda