El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
La otra táctica telefónica de Uribe
Andan en la UD Las Palmas más que moscas, no sólo por el modo en que pueda acabar el pulso que se vive en el consejo de administración. En esta ocasión, el enemigo es externo y se sitúa en torno a las llamaditas telefónicas de su ex entrenador Josu Uribe a varios jugadores amarillos 24 horas antes del partido del sábado pasado contra el Getafe. No ha gustado nada que el asturiano, libre él de mantener buen rollito y contactos con sus ex pupilos -sector los que sí lo podían ver la temporada pasada-, lo hiciera también la tarde antes del partido y no esperara a saludar a quien quisiese, como normalmente se hace en estos casos: en el calentamiento en el mismo terreno de juego, “hola, qué tal, y si quieres quedamos para cenar”. Miren que estuvo caliente la previa con el cruce de declaraciones entre los técnicos por el motivo de que no juegue Carmelo en la UD. Pues más se ha calentado el post-operatorio porque al menos un jugador detectado le dio por justificar que la llamada no había sido sólo a él, sino a otros compañeros. Cuestión de tacto, que se llama. O de táctica, que no tiene nombre.
Andan en la UD Las Palmas más que moscas, no sólo por el modo en que pueda acabar el pulso que se vive en el consejo de administración. En esta ocasión, el enemigo es externo y se sitúa en torno a las llamaditas telefónicas de su ex entrenador Josu Uribe a varios jugadores amarillos 24 horas antes del partido del sábado pasado contra el Getafe. No ha gustado nada que el asturiano, libre él de mantener buen rollito y contactos con sus ex pupilos -sector los que sí lo podían ver la temporada pasada-, lo hiciera también la tarde antes del partido y no esperara a saludar a quien quisiese, como normalmente se hace en estos casos: en el calentamiento en el mismo terreno de juego, “hola, qué tal, y si quieres quedamos para cenar”. Miren que estuvo caliente la previa con el cruce de declaraciones entre los técnicos por el motivo de que no juegue Carmelo en la UD. Pues más se ha calentado el post-operatorio porque al menos un jugador detectado le dio por justificar que la llamada no había sido sólo a él, sino a otros compañeros. Cuestión de tacto, que se llama. O de táctica, que no tiene nombre.