Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Peinado multiplica los frentes del ‘caso Begoña’ sin lograr avances significativos
El miedo “sobrenatural” a que el cáncer vuelva: “Sientes que no consigues atraparlo”
OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Tadeo barre en la Cámara

José Miguel Suárez Gil no estaba ni se le esperaba. Vino a liderar la más patética campaña electoral que ha protagonizado en su vida, y rápidamente regresó a su retiro provisional en Miami, donde esquiva a la mala prensa y los embargos judiciales. Por lo tanto, todo fueron este lunes parabienes en la Cámara de Comercio de Gran Canaria, donde un eufórico Ángel Luis Tadeo revalidaba presidencia pero esta vez por un margen que resultó insultante para los perdedores: 41 votos a favor, uno en contra y tres abstenciones. Casi podría decirse que esos cuatro votos discrepantes fueron un gesto de algún allegado deseoso de marcar las cuatro esquinas del campo, porque la unanimidad era lo que realmente se respiraba. Sólo escapó de la humillación el compadre del Zorro Plateado en esta fallida escaramuza, el promotor inmobiliario de Hoya Pozuelo y del Islote del Francés Jaime Cortezo, que alegó motivos familiares que le retenían en Londres. Todo el mundo da por hecho que, tras este nuevo pinchazo económico y empresarial cederá su puesto a Luis Hernández, que desde dentro intentará abrirse un hueco para no pasar estos próximos cuatro años en el exilio esperando que Román Rodríguez le otorgue la prometida gerencia ferroviaria.

José Miguel Suárez Gil no estaba ni se le esperaba. Vino a liderar la más patética campaña electoral que ha protagonizado en su vida, y rápidamente regresó a su retiro provisional en Miami, donde esquiva a la mala prensa y los embargos judiciales. Por lo tanto, todo fueron este lunes parabienes en la Cámara de Comercio de Gran Canaria, donde un eufórico Ángel Luis Tadeo revalidaba presidencia pero esta vez por un margen que resultó insultante para los perdedores: 41 votos a favor, uno en contra y tres abstenciones. Casi podría decirse que esos cuatro votos discrepantes fueron un gesto de algún allegado deseoso de marcar las cuatro esquinas del campo, porque la unanimidad era lo que realmente se respiraba. Sólo escapó de la humillación el compadre del Zorro Plateado en esta fallida escaramuza, el promotor inmobiliario de Hoya Pozuelo y del Islote del Francés Jaime Cortezo, que alegó motivos familiares que le retenían en Londres. Todo el mundo da por hecho que, tras este nuevo pinchazo económico y empresarial cederá su puesto a Luis Hernández, que desde dentro intentará abrirse un hueco para no pasar estos próximos cuatro años en el exilio esperando que Román Rodríguez le otorgue la prometida gerencia ferroviaria.