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Es de tontos

“Es de tontos”, repitió ayer en dos ocasiones en el Parlamento de Canarias el diputado del PP Manuel Fernández, una de las cabezas mejor amuebladas de cuantas pueblan la política canaria. Fue su única intervención, la que protagonizó para tratar de restregar a los socios del Gobierno de Canarias que anden poniendo traspiés a ese gran adelanto que para nuestra economía sería explotar las cuencas petrolíferas cercanas a las islas de Lanzarote y Fuerteventura, de existir las tales cuencas. Para Fernández “es de tontos” afirmar que esas explotaciones sólo van a crear tres o cuatro centenares de puestos de trabajo cuando la empresa que está esponsorizando al PP en estos momentos habla de “miles”, sin mayor precisión del cómo ni el dónde. También es “de tontos” pensar que, como le explicó sin éxito el consejero Berriel, se puede disuadir a Marruecos de hacer catas en sus aguas, que hasta existe el antecedente de cuando se les quitó de la cabeza hacer una central nuclear en Agadir, ahí al lado mismamente. Fue lo más zafio del debate que siguió al pie del cañón por Twitter y en sus crónicas constantes nuestro compañero Salvador Lachica, uno de los periodistas que se ha incorporado a nuestro periódico para nuestra inminente incursión en el mundo de los contenidos Premium de pago. Pero ésa es otra historia que todavía no les vamos a contar. La noticia más importante de cuantas parió este martes el Parlamento fue, sin duda, el anuncio del presidente Rivero de que va a aplicar, vía reforma legislativa, el decreto andaluz que mete en cintura a los bancos cuando los desahucios que estén ejecutando conlleven riesgo social a familias o personas. Una iniciativa que ha tardado demasiado en llegar pero que al fin y al cabo llega para tratar de aliviar a una buena parte de las más de 9.000 familias en trance de quedarse en la calle y sin techo. La idea andaluza ya fue calificada como “comunista” por la portavoz parlamentaria del PP, Australia Navarro, con una reducción al absurdo que directamente la convierte a ella en personaje absurdo donde los haya. Es comunista, para que nos entendamos, poner en entredicho el poder omnímodo de la banca, hacer tiritar, aunque sea levemente, al sistema. Y es en esa estridencia del PP donde está verdaderamente la noticia de lo que está pasando en Canarias.

“Es de tontos”, repitió ayer en dos ocasiones en el Parlamento de Canarias el diputado del PP Manuel Fernández, una de las cabezas mejor amuebladas de cuantas pueblan la política canaria. Fue su única intervención, la que protagonizó para tratar de restregar a los socios del Gobierno de Canarias que anden poniendo traspiés a ese gran adelanto que para nuestra economía sería explotar las cuencas petrolíferas cercanas a las islas de Lanzarote y Fuerteventura, de existir las tales cuencas. Para Fernández “es de tontos” afirmar que esas explotaciones sólo van a crear tres o cuatro centenares de puestos de trabajo cuando la empresa que está esponsorizando al PP en estos momentos habla de “miles”, sin mayor precisión del cómo ni el dónde. También es “de tontos” pensar que, como le explicó sin éxito el consejero Berriel, se puede disuadir a Marruecos de hacer catas en sus aguas, que hasta existe el antecedente de cuando se les quitó de la cabeza hacer una central nuclear en Agadir, ahí al lado mismamente. Fue lo más zafio del debate que siguió al pie del cañón por Twitter y en sus crónicas constantes nuestro compañero Salvador Lachica, uno de los periodistas que se ha incorporado a nuestro periódico para nuestra inminente incursión en el mundo de los contenidos Premium de pago. Pero ésa es otra historia que todavía no les vamos a contar. La noticia más importante de cuantas parió este martes el Parlamento fue, sin duda, el anuncio del presidente Rivero de que va a aplicar, vía reforma legislativa, el decreto andaluz que mete en cintura a los bancos cuando los desahucios que estén ejecutando conlleven riesgo social a familias o personas. Una iniciativa que ha tardado demasiado en llegar pero que al fin y al cabo llega para tratar de aliviar a una buena parte de las más de 9.000 familias en trance de quedarse en la calle y sin techo. La idea andaluza ya fue calificada como “comunista” por la portavoz parlamentaria del PP, Australia Navarro, con una reducción al absurdo que directamente la convierte a ella en personaje absurdo donde los haya. Es comunista, para que nos entendamos, poner en entredicho el poder omnímodo de la banca, hacer tiritar, aunque sea levemente, al sistema. Y es en esa estridencia del PP donde está verdaderamente la noticia de lo que está pasando en Canarias.