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Torres confundió ''sumergido'' con ''soterrado''

La historia del turismo en Gran Canaria tiene que reservar un par de capítulos especiales a la actual alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Mari Pino Torres, porque ha de pasar a la posteridad por haber contribuido como nadie a la destrucción de la primera industria de las Islas. Estos cuatro años de mandato municipal han sido apoteósicos porque no han servido para nada bueno, porque no se ha terminado el Plan General, que lleva quince años de retraso; porque la ciudad turística se ha deteriorado de una manera incomprensible; porque el Ayuntamiento se cae a pedazos y funciona peor que en 2007; porque se han escapado inversiones públicas y privadas por la negligente actuación de esta alcaldesa, y porque con su deriva irresponsable ha terminado por aburrir a los pocos que querían arrimar el hombro. Su última aportación a su nutrida galería de disparates ha sido paralizar las obras de regeneración de la arena de Maspalomas por motivos que creíamos se limitaban exclusivamente al electoralismo. Pero, aún siendo grave esa razón, lo que hemos conocido de manera oficiosa es aún peor: la alcaldesa confundió dique semisumergido dentro del mar con pequeño talud de piedras soterrado en tierra. Es como confundir centro comercial con ambulatorio, pero hasta de eso sería capaz esta señora, así que no le estemos dando ideas.

La historia del turismo en Gran Canaria tiene que reservar un par de capítulos especiales a la actual alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Mari Pino Torres, porque ha de pasar a la posteridad por haber contribuido como nadie a la destrucción de la primera industria de las Islas. Estos cuatro años de mandato municipal han sido apoteósicos porque no han servido para nada bueno, porque no se ha terminado el Plan General, que lleva quince años de retraso; porque la ciudad turística se ha deteriorado de una manera incomprensible; porque el Ayuntamiento se cae a pedazos y funciona peor que en 2007; porque se han escapado inversiones públicas y privadas por la negligente actuación de esta alcaldesa, y porque con su deriva irresponsable ha terminado por aburrir a los pocos que querían arrimar el hombro. Su última aportación a su nutrida galería de disparates ha sido paralizar las obras de regeneración de la arena de Maspalomas por motivos que creíamos se limitaban exclusivamente al electoralismo. Pero, aún siendo grave esa razón, lo que hemos conocido de manera oficiosa es aún peor: la alcaldesa confundió dique semisumergido dentro del mar con pequeño talud de piedras soterrado en tierra. Es como confundir centro comercial con ambulatorio, pero hasta de eso sería capaz esta señora, así que no le estemos dando ideas.